sábado, 30 de mayo de 2009

«Mi esposo es un osito muy tierno»

Si a usted le gusta divertirse a bajo costo, le paso una receta que me dio un amigo.

Él conoce los horarios de llegada de los vuelos y concurre al aeropuerto para observar a la gente que espera a sus seres queridos.

Le resulta muy emocionante ver las primeras miradas, gritos y saludos, luego la apasionada aproximación (que el cine haría en cámara lenta), el abrazo, los besos, las lágrimas y a veces también llantos.

Suponiendo que toda esta gente se quiera y se haya extrañado, puede suceder lo siguiente:

a) La alegría expresa el fin de ciertos problemas prácticos y concretos: soledad, carencias materiales (dinero, dieta, abrigo), abstinencia sexual.

b) La alegría expresa el fin de ciertos problemas afectivos. Para describir esta causa debo remitirme inevitablemente a comparar al ser querido con una mascota, puesto que ésta no le aporta al amo nada práctico y concreto (en todo caso le da trabajo y debe pagar para mantenerla).

c) La alegría expresa una combinación de ambos: disminuirán los problemas prácticos y se producirá esa satisfacción gratuita generada por su sola presencia (como una mascota).


Nota: para entender la intención de este artículo es preciso que usted acepte que el lugar que ocupa una mascota en el corazón de su amo, es tanto o más importante que el lugar que ocupa un semejante amado.

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12 comentarios:

Adela Curbelo dijo...

Suena lleno de crueldad que alguien ame más a un perro que a una persona, pero si lo observamos con criterio amplio, es posible.

guyunusa dijo...

Este texto me hace suponer que ud está afirmando entre líneas que el amor al fin y al cabo no es nada tan sublime ni grandioso, que una mascota puede reemplazar a un ser humano, que necesitar a otros le quita valor al acto de amar.
Primero que nada, amar es necesitar, por lo tanto desde mi punto de vista eso no le quita valor al amor. Por otro lado, pienso que el amor sí puede ser lo más maravilloso que suceda en la vida de una persona, pero claro, no todos amamos del mismo modo ni estamos todos igualmente necesitados de amor. Hay una frase de Rodó que resume en pocas palabras lo que estoy queriendo transmitir: "un gran amor es el alma del que ama"






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Micaela Prandi dijo...

Me gustan los animales; sobre todo tengo afinidad por los perros ¡Pero para mí es inaceptable comparar la relación que podemos tener con un perro a la que podemos tener con un ser humano! Le propongo que se imagine que de pronto desaparece toda la gente y a ud le queda como única compañía la de los animales ¿le daría lo mismo?

Yoel dijo...

Conozco gente que sólo se acompaña de perros o gatos y elude cualquier tipo de contacto humano. La libertad es libre, pero ese comportamiento me parece patológico.

Eduardo Ricaldoni dijo...

Si fuera al aeropuerto a ver encontrarse a la gente, abrazarse, llorar de emoción, etc, no me divertiría en lo más mínimo (salvo que en ese momento estuviese abocado a un estudio sobre el comportamiento humamo) Lo que me pasaría sería que volvería a casa con muchas ganas de encontrarme con los míos.

Paty dijo...

¡Me imagino las manchas de baba que debe tener esa almohada!

Andreína dijo...

Para dormir con mi perro tendría que bañarlo y perfumarlo todos los días, y como bien se sabe eso les hace mal a los canes. Sería incapaz de hacerle daño a mi perro, así que aunque en esas noches frías y de lluvia me gustaría dormir abrazada de su cogote, no lo haría, por un problema de incompativilidad olfativa.

Martha Lorente dijo...

Los que tienen tanto problema con el olor de los perros, como Andreína, es porque en realidad no les gustan. Si jugás con tu perro, disfrutás el rato y luego te bañás; tan sencillo como eso.

Dahiana dijo...

A mi osito no lo presto.

Clarisa Menta dijo...

Es cierto que muchas personas (sobre todo niños y ancianos) establecen una relación entrañable con su mascota.

Perico dijo...

¡Quién no se conmueve con la llegada de un familiar o un amigo!
Después todo vuelve a la normalidad.

Lorenzo dijo...

Algunos han perdido la brújula, y usted Lic. es uno de ellos.