Vamos a establecer por un momento que está bien ser fuerte y que está mal ser débil. Sólo por el tiempo que demore en leer este artículo.
Ahora aparece un problema: ¿qué se entiende por ser fuerte o por ser débil?
Esta pregunta me la hice el domingo de tarde cuando al volver de Punta del Este a Montevideo, veía cómo algunos conductores se arriesgaban a tener un accidente o a ser severamente multados, adelantándose por la banquina cada vez que se producía un atasco en la circulación vehicular.
El idioma quizá sea el primer reglamento que las personas tenemos que obedecer. Si no usamos las palabras adecuadas, no podemos comunicarnos y la sanción no se hace esperar: quedamos aislados del resto.
Los jóvenes o los adultos inmaduros funcionan de forma parecida en esto de creer que la desobediencia es una manifestación de fuerza.
Tanto los conductores que manejan con temeridad como los que desconocen el reglamento-idioma, tienen la sensación de que esa actitud rebelde es una señal inconfundible de que pueden valerse solos, que no necesitan a nadie, que son autosuficientes y que todo lo pueden.
Sin dejar de reconocer que existen problemas mentales que provocan disturbios importantes en la función lingüística, la mayoría de quienes no usan adecuadamente el idioma, lo hacen como una forma infantil de rebeldía.
Es muy fácil de diagnosticar: Quien habla mal, pronuncia mal o escribe mal, seguramente trata de ignorar el reglamento universal (en nuestro caso, el idioma castellano), y se afilia a un subgrupo donde se fabrican su propio idioma (jerga, lunfardo), imaginando que son autónomos, autosuficientes, omnipotentes.
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26 comentarios:
ja! me costó entender lo que dicen las "palabras" del título.
No rebuscaría tanto: para mí es un síntoma más de la degradación a la que estamos llegando.
Para mi cuidar la ortografia es una perdida de tiempo. Es como usar corbata
Yo no podría escribir un artículo como éste porque estaría paralizada por el temor de cometer yo misma una falta de ortografía. Me han hecho pasar mucha vergüenza en la vida y cada vez tengo más miedo.
En el último párrafo parece que hubiera un error en cuanto a que la gente muy pobre quizá no acceda a la educación suficiente como para hablar bien, pero no, conozco gente de escasísimos conocimientos que habla perfectamente, aunque sí es probable que no cuente con un gran capital verbal.
Si está hablando de los adolescentes está siendo demasiado duro.
¡No me diga que le discuten que está bien ser fuerte! Sus lectores deben ser insoportables!!
Yo ya terminé de leer el artículo y le puedo decir que la suerte de los débiles, los fuertes la envidian.
¡Qué lindas son esas viejas máquinas de escribir! ¿Por qué soy tan nostalgiosa? Debe ser que vivo en el pasado. En ese caso debería tener menos arrugas!!
Yo no dejo de fumar porque se siente bien desobedecer al presidente.
No te hagás la nunca vista, Ofelia, que vos también debés tener faltas, hasta de las inconfesables.
Los que se exponen a tener accidentes, una de dos: o se creen omnipotentes, o piensan que una muerte rápida no estaría del todo mal.
Los prepotentes buscan la sensación de fortaleza para ocultarse su enorme debilidad.
Qué interesante análisis del lenguaje.
Por lo que veo soy bastante fuerte y también coherente.
hablaría en lenguas con tal de pasar unos días aislado en una isla desierta.
Cuando los niños toman conciencia de sí mismos como personas con una voluntad propia, inmediatamente comienzan a ejercer ese poder nuevito que descubrieron en sí mismos, y es ahí cuando empieza la etapa de los verrinches (tradicionalmente alrdedor de los 2 años)
Qué tenés contra el lunfardo, chabón!
Los conductores que manejan con temeridad hacen que los demás choferes olviden las reglas del decoro en su idioma.
Todos los oficios y profesiones tienen su jerga propia. Eso les da sentido de grupo y autoridad frente a los legos.
Lo que ud dice aparece en las tribus urbanas. Me parece que surgen como reacción frente a la anomia, la masificación, el aburrimiento y la inseguridad. Estos grupos se crean un lugar propio de socialización, donde son individuos sujetos a jerarquías, insertos en un círculo protector, que les da una identidad.
Lo que dice Guyunusa se produce porque hay muchas fallas en nuestro sistema social. En cualquier momento se viene el terremoto.
En el liceo si usás las palabras adecuadas quedás aislado del resto.
En la época que los tangueros curtían el lunfardo eran vistos por la clase dominante como ciudadanos de 3ª. Después pasan unos cuantos años y esa misma clase dominante compra diccionarios del lunfardo y se jacta de su cultura.
Los adultos de verdad son autosuficientes y libres para hablar como quieran. El día que necesite de alguien estaré alimentando mi vulnerabilidad y hay que ser tonto para creerse que eso a uno le conviene.
Los militares tienen que obedecer y ser fuertes, así que cuando desobedecen calculo que se convierten en unos héroes.
Yo uso las palabras adecuadas para comunicarme pero siempre encontrás otro que a las palabras adecuadas les da otro sentido.
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