lunes, 13 de abril de 2009

La minoridad del mayor

La legislación de todos los países fija una determinada edad en la que un ciudadano queda autorizado para administrar sus bienes. A partir de los 18 años —por ejemplo—, está permitido que alguien asuma una cierta responsabilidad mediante la suscripción de un contrato.

Tomando como ejemplo esa edad de 18 años, podemos decir que en ese momento se establece «un antes y un después» en la vida de la persona.

Antes no se lo consideraba mental y emocionalmente capaz de hacer una administración responsable de su vida. Después sí.

Estaremos de acuerdo que la determinación de los 18 años para asumir ciertas responsabilidades es bastante arbitraria porque hay ciudadanos que podrían hacerlo antes, otros que recién podrían hacerlo unos años después y algunos que nunca podrían hacerlo.

Por ejemplo:

- Es frecuente que personas adultas se guíen ciegamente por lo que leyeron en algún libro, como si esas fueran las indicaciones de su padre cuando aún era niño.

- Es frecuente que un ciudadano ya mayor, acepte sumisamente el destrato, la desconsideración o la negligencia de un funcionario público, como hacía cuando los maestros lo gobernaban dentro del colegio.

- Es frecuente que una persona adulta concurra al médico, no para que lo asesore sino para que se haga cargo de su salud, como si aún no tuviera 18 años.

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19 comentarios:

Dutrenit dijo...

Si alguien lee un libro, no es para dudar de lo que dice, si fuera así, ¿para qué empezó a leerlo?

Dolores dijo...

Esta vez me cuesta asociaciar la simbología de la imagen con los conceptos del texto.Lo único que se me ocurrió es que la vida vestida de novia, tanto nos da flores como golpes y que no hay más remedio que aceptarlo porque estamos casados con ella.

Ja, ahora que lo escribí para uds me lo entendí para mí.

Clodomiro Pittaluga dijo...

Mis películas predilectas (que están acá, bien cuidadas en mi PC), son las de personajes que un día no aguantan más y rompen todo. La mayoría usa golpes de karate o armas de fuego. Adoro la devastación de los ineficientes. Después vuelvo a bajar la cabeza cuando alguien abusa de sus derechos. Cuento con este calmante que tengo en mi PC.

Psic. Maricarmen W. dijo...

Los médicos están acostumbrados a que los pacientes los tomemos como padres y no les molesta. Por esos nos tutean aunque tengamos 70 años y luego, cuando contamos que fuimos al médico, nos aseguramos de que la anécdota incluya ese dato: que nos tuteó.

Eugenio Pietra dijo...

Me gustaría tener un temperamento fuerte y poder vociferar para que todo el mundo se entere la bronca que me dan los empleados indolentes, pero no solo no puedo sino que llegado el momento no doy mi apoyo a quienes pudieran hacerlo. ¡Qué poquita cosa que somos!

Damián dijo...

Me acuerdo de que cuando tenía 18 estaba en el peor momento posible como para hacerme cargo de mi vida y tuve que (nobleza obliga) casarme porque había engendrado un hijo.

Laureano Buendía dijo...

A los 18 años, un hombre puede enfrentar físicamente a su padre. Eso está calculado y previsto. Otorgar legalmente determinados derechos evita ciertos hechos de violencia.

Guyunusa dijo...

Cuando llegás a la mayoría de edad tenés plena conciencia de un enorme abanico de posibilidades para malgastar tus bienes, tanto materiales como espirituales.

adelaida canteros dijo...

Soy bastante responsable para lo que me imponen (siempre y cuando no violente abiertamente mis principios). En cambio lograr que una imposición parta de mi misma me cuesta un Perú.

Hugo Piedramuro dijo...

Lamentablemente he comprabado, en mis familiares y amigos más cercanos, que el mayor se va minorizando en la medida que pasan los años.
Quisiera morir rápida y accidentalmente antes de verme obligado a volver al uso de los pañales.

Relento dijo...

A veces la mujer casada asume las riendas del hogar y a latigazo limpio se abre camino en la Maroñas matrimonial.

Romualdo Cañón dijo...

En mi país a los 18 años dejás de ser menor infractor y pasás a ser un procesado en espera de sentencia.

Leonardo Sabio dijo...

Nunca permitas que ningún médico se haga cargo de tu salud. Esto lo aconsejo con la mayor de las buenas intensiones. Preguntá, asesorate, buscá información, escucha más de una opinión. Pero no te detengas demasiado en vos mismo porque ahí sí que te enfermás.

Clotilde Nahúm dijo...

En la ciudad de Disney el ciudadano queda autorizado para ejercer sus derechos después de que tiene en sus manos la entrada. No importa quién paga ni la edad del usuario. La fantasía es libre (pero cobra)

Ángel Zamora dijo...

Cuando estudiaba en la Universidad la única forma de salvar exámenes era hacer un recorte y pegue de los autores recomendados por la cátedra. Cualquier pensamiento propio era analizado como sospechoso.

Tinelli Cohelo dijo...

Yo me hago responsable de lo que hice o no hice, aunque también debería responsabilizarme por lo que debería hacer. Por ahora no puedo porque no tengo claro mi rol. Qué crisis de paradigmas, por Dios!

Osvaldo dijo...

En algunos lugares se acostumbra intervenir en la maduración de los chicos para que esta coinicida con lo que exige la ley. Existen experiencias que templan el carácter, pero los padres normalmente no se animan a exponer a sus cachorros. Deberíamos tomar conciencia de que formamos parte del reino animal para tomar más ejemplo del resto de los mamíferos.

Floreana dijo...

Tuve que esperar a los 15 para que me dejaran tener novio. A los 18 para poder casarme. Ahora con 21 y en plena asunción de mis derechos...firmo el acta de divorcio!

Emiliano dijo...

Me obligaron a sacar la credencial cívica y me muero de ganas de botarla!