lunes, 6 de abril de 2009

La mujer objeto

No tengo datos sino solamente sensaciones que ustedes compartirán conmigo o no.

Habito en la clase media y me parece que las nuevas parejas recurren cada vez menos a contraer matrimonio.

El sueño predominante entre las chicas hasta no hace mucho era casarse con una ceremonia religiosa, traje blanco, muchos invitados, fotos, filmaciones, fiesta, luna de miel.

En esa ceremonia, el papá entra con ella por la alfombra roja de la iglesia, todos se ponen de pie y la miran. El padre, al llegar al altar «la entrega» al novio, quien la recibe y el sacerdote los une en matrimonio «hasta que la muerte los separe».

Creo que a todo hombre (inconscientemente) le gustaría tener el poder de gestar un ser humano y luego alimentarlo, todo con su cuerpo. Se evitaría de esta forma la desesperante necesidad de hacer cosas grandiosas (puentes, edificios, aviones, guerras, vacunas, novelas, pinturas, monumentos) para aplacar esta «envidia del útero».

Ahora, lo que ningún hombre aceptaría de buen grado es que alguien lo use como un objeto entregable, como quien pasa la posta en una carrera. El padre «entrega» a su hija a otro hombre Y ELLA ESTÁ FELIZ!

Esto es humillante y si es cierto que cada vez menos chicas se casan por iglesia, ahora sí que empezamos a ponernos de acuerdo entre ambos géneros.

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14 comentarios:

Beatriz Díaz dijo...

Estas cosas se sienten, no se piensan. Los hombres se creen que con el razonamiento pueden ir a cualquier lado y ya les digo a un lugar donde nunca llegarán: al corazón de una mujer.

Pedro Podestá dijo...

¿Que los hombres queremos estar embarazados y dar de mamar?

NI LOCO!

Roberto dijo...

Yo envidio a las mujeres, es verdad: ellas se pueden echar 10 polvos como nada y los varones después del primero quedamos para dormir la siesta.

Doris Plana dijo...

Me parece que el negocio de las bodas está cayendo entre la clase media y baja. NO solo por lo que ahora significa para las mujeres casarse con un tipo que quizá gane menos que ellas sino porque el fenómeno religioso está perdiendo peso.

Marilina Pou dijo...

Los casamientos por iglesia son maravillosos. Cuando me casé por primera vez no lo hice por principios, pero si pudiese volver a elegir lo haría sin ninguna culpa. El carácter sagrado de la ceremonia va de la mano con lo que una siente en ese momento. Además es hermoso que tu papá te entregue a otro hombre como si fueses un tesoro. Y es divino que los hombres de tu vida se apropien de vos, entregándote y recibiéndote.

Matilde dijo...

Ningún hombre aceptaría ser entregado porque el hombre es y debe ser hombre. A mí como mujer me gusta sentir que el hombre que amo se adueñe de mí. Pero ¡ojo! no estoy hablando de que se adueñe en todos los sentidos. No me gustaría que se me utilizara como una cosa, ni que decidieran por mí o me quitaran libertad. Estoy de acuerdo con la igualdad de oportunidades para el hombre y la mujer, pero lo que más disfruto del hombre es todo aquello que lo diferencia de mi ser femenino.

Marta Pieri dijo...

Quizás sean los años...valoro las tradiciones.

Jorge Aismendy dijo...

En realidad las nuevas parejas contraen deudas!

Margarita T. dijo...

A las mujeres la envidia del pene nos lleva al gimnacio o a la peluquería porque ya nos dimos cuenta de que no nos va a crecer y decidimos estar en forma para salir a cazar un pene bien macho!

Rogelio Zipitría dijo...

El acuerdo entre ambos géneros es gastar lo menos posible y guardar tela para el invierno.

Ingrid dijo...

¡Cómo no vamos a estar felices si nuestro padre y la familia toda tiene que hacer tremendo ritual para aceptar que formemos nuestra propia familia! El mensaje es claro, en ese momento se nos dice que somos muy valiosas e importantes.
Las madres de hijos varones necesitaríamos algún tipo de ceremonia para dejarle bien en claro a nuestra nuera que no aceptamos el casamiento de un hijo tan así como así.

Carolina Prado dijo...

Las parejas no contraen matrimonio porque se tienen poca fe, lo que los desalienta es que aceptan como normal la posibilidad de un divorcio. La razón le gana la batalla al sentimiento. Esto es absurdo. Las personas nos movemos más por lo que sentimos que por lo que pensamos.

Raúl dijo...

Sería humano que la Iglesia permitiera casamientos entre personas del mismo sexo.

Laura Castellanos dijo...

Mi madre me contó que cuando ella entró a la iglesia se escuchó "ooh". Qué momento! Eso sí que es sublime!