jueves, 9 de abril de 2009

«Acá mando yo»

Cuando fui niño, uno de mis paseos predilectos era visitar el zoológico de la ciudad.

¿Por qué me gustaba tanto? Hoy pienso que como era el integrante de la familia con menos poder, observar a otros semejantes que tenían aún menos poder que yo, mejoraba mi autoestima.

Y creo no equivocarme al decir que un niño puede ver todavía que los animales son semejantes. Luego la adultez nos provoca esta fantasía de que somos una especie superior.

Parecería ser que tenemos un instinto de apoderamiento, que se suma al de conservación del individuo y de la especie (Ver el artículo titulado Los instintos ¿están para ser reprimidos?). Este instinto es el que nos lleva a ser mandones, gobernantes, líderes, amos.

El disfrute con las mascotas es notorio. Son la compañía preferida de cada vez más personas. No solamente se la incorpora a la familia, sino que muchas personas optan por convivir exclusivamente con uno o varios animales domésticos.

Es probable que esta realidad pueda estar demostrando que las personas tenemos mucha necesidad de mejorar nuestra autoestima como seres humanos porque algo nos está demostrando que quizá no sea cierto esto de que somos la especie superior. Para sentirnos mejor, constatamos cariñosamente que somos los amos de por lo menos un animal.

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6 comentarios:

Sabina D. dijo...

No estoy segura de que todos los gustos y preferencias deban tener una explicación. A veces a uno le gusta algo y no tiene idea de por qué.

La suya es una idea coherente, pero no definitiva. De todos modos me gustó y sabré tenerla en cuenta.

Leda Canclini dijo...

A dos años del fallecimiento de mi Ponpón, aún sueño con él y me parece que cuando algo se mueve cerca del piso, se me va a aperecer de nuevo para poder abrazarlo y dejarme lamer con su entusiasmo.

Servando dijo...

Te felicito por la expresión "un niño puede ver todavía que los animales son semejantes."

Romildo dijo...

En tus artículos no busco las siete diferencias pero si busco dónde está la ironía. Me divierte. Hoy lo que encontré es que al final dices "somos los amos de por lo menos un animal" y en la imagen una pobre mujer tiene que sacar a pasear a sus "súbditos" en plena nevada.¡¡GENIAL!!

Oliverio Quincke dijo...

Sin ningún ánimo de entrar en polémica con nadie, es probable que muchos amemos a los animales auténticamente, de corazón, porque en el fondo, los sentimos parte de nuestra gran familia.

Los movimientos ecológicos a la postre son integracionistas.

Magalí dijo...

Tengo 7 gatos e hice una promesa: por cada amante que conquiste mataré un gato.