jueves, 26 de mayo de 2011

Modelos violentos forjan ciudadanos violentos

Nuestras culturas están diseñadas para inculcarnos una conducta seria, severa, bélica, violenta, heroica y un sentimiento de eterno endeudamiento con nuestros próceres.

Seguramente en su país le han enseñado historia nacional y muy probablemente también, le han dicho que uno de sus antepasados fue el mejor de todos.

Alguien es el héroe nacional a quien se le atribuyen casi todos los méritos de lo que hoy tenemos, esto es, un país libre de gente buena, trabajadora, que forma su familia, cría a los hijos y vive humanamente feliz.

Todo eso tan bueno que tenemos hoy, en definitiva, parecería ser que se lo «debemos» a una sola persona, seguramente de sexo masculino, que hace muchos años «se sacrificó» sólo para beneficiarnos, sin pedir nada a cambio y es un deber patriótico estarle eternamente agradecidos, recordándolo, admirándolo, saludando a sus monumentos y figuras en cada fecha que lo conmemore.

Es casi seguro también que ese personaje especial, aparece en todos lados con un gesto serio, severo, probablemente enojado.

Pues bien, nuestro sistema educativo, además de indicarnos qué es nuestro país, nuestro territorio, nuestra noción de pertenencia a una nacionalidad, con sus símbolos (bandera, escudo, himno), también nos está diciendo indirectamente, que es eso lo que se nos está pidiendo: que seamos serios, severos y algo enojados.

La medicina clásica se caracteriza por combatir las enfermedades. Trata de matar a los microbios y a sus agentes trasmisores. Nos defiende con un criterio bélico, guerrero, mortífero.

Sin darnos cuenta, dos poderosos referentes de nuestro carácter, de nuestros valores, de nuestra moral (héroe nacional y la medicina), nos orientan hacia la seriedad, la severidad, la guerra, el exterminio de los enemigos, la violencia.

Usted y yo no logramos pensar que esto podría ser de otra manera. Por eso no podemos dejar de ser como somos.

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13 comentarios:

Segismundo dijo...

No hay vuelta... siempre precisamos un capitán.

López dijo...

La verdad que visto así como ud lo dice, es bien loco esto de tener próceres.

Julián dijo...

"Hay que luchar para ser alguien en la vida"
"No está muerto quien pelea"
"Hagamos el amor, no la guerra"...
eh?!

Clarisa dijo...

En suma
usted y yo
no podemos dejar de ser como somos.

Tatiana dijo...

No sé por qué la seriedad y la severidad se ven más como características masculinas que femeninas. En realidad los hombres son menos serios.

Marcos dijo...

El Che era un prócer sin cara de enojo.

Laura dijo...

Los héroes nacionales tienen la obligación de saber qué hacer a cada momento; por eso siempre están tan serios.

Yoel dijo...

Eso no es nada Laura; los héroes internacionales no pueden ni mover los intestinos!

Hugo dijo...

Siempre pertenecimos a algo. A nuestra familia, al barrio, a la escuela, a nuestro país. Y si pertenecemos a algo, ese algo también nos pertenece. Como para no ser celosos!

Aldo dijo...

Ahora en la escuela no se enseña más cual es nuestro territorio. Se descubrió que a futuro traía problemas.

Paulo dijo...

Nadie me dijo que uno de mis antepasados era el mejor, pero todas las pistas llevaban a pensar eso.

Ernesto dijo...

Ahora que no hay más próceres, el endeudamiento eterno es con el Banco Mundial.

Tiziana(+que4patas) dijo...

Mmmmmmmmmmmm...a menos que cada uno de nosotros empiece a ser el cambio que queremos ver en el mundo. Claro para eso habria que empezar por casa los cambios mas que exigirle a los otros.

Entre hoy navegando, buscando un material que tal vez nada tenga que ver con tu blog, "neurosis caninas"...muy interesantes tus posteos