lunes, 23 de mayo de 2011

El parto en versión dramática

Las fallas en nuestra salud pueden ocurrir porque nos imponen para nuestro bien, tratamientos excelentes ... pero para otros.

Muchos mamíferos paren de una manera humanamente preocupante.

Sin ir más lejos, la jirafa, que tiene patas muy altas, no se echa para dar a luz a su jirafita sino que los espasmos empujan lentamente al futuro bebé hasta que cae y literalmente se estrella contra el suelo y ahí queda, inerte por unos minutos.

Luego viene la etapa en la que la mamá logra llegar a la criatura con su lengua, tarea nada sencilla porque ella está diseñada para comer hojas de árboles altos.

En poco más de media hora la jirafita logra apoyarse en sus patas, los espectadores de nuestra especie nos conmovemos como si viéramos una película muy emotiva y así se van acomodando las cosas hasta que algún día no muy lejano, este bebé estará pasando por un trance similar en caso de que sea hembra.

Los humanos hacemos lo mismo pero agregándole mil detalles tales como urgencia dramática, gritos, vehículo manejado con temeridad, sanatorios especiales, personal idóneo, familiares, flores, pañales. Todo un despliegue que, si la naturaleza fuera una persona, miraría con un gesto de sorna como diciendo «¿Qué les pasa a estos mamíferos que se complican tanto?».

Sin embargo, hasta ahí las cosas son bastante naturales. Luego empiezan las complicaciones entre el recién nacido y lo que cada uno de sus cuidadores entiende que es mejor para él.

Todo el mundo opina sobre dietas, horarios, educación, higiene, hábitos obligatorios, sin que el pequeño sea consultado.

Pero esto tampoco es lo más grave: lo difícil aparece cuando sí puede opinar pero lo desoyen, le imponen gustos ajenos y el joven termina compensando esas prácticas importadas con algunos padecimientos re-equilibrantes (bulimia, fracturas, alergias, infecciones, etc.).

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7 comentarios:

Ma. Eugenia dijo...

No sabe qué máscara para las pestañas usan las jirafas?

Eusebio dijo...

La imposición de gustos ajenos viene con la aculturación. A veces con la globalización también.

Tatiana dijo...

Las jirafitas nacen de golpe.

Facundo Negri dijo...

Saber cuál es el tratamiento adecuado para uno te lleva la mitad de la vida.
Así y todo te podés equivocar.

Sandra39 dijo...

Algo que debería respetarse siempre es la orientación sexual de cada persona.

Jacinto dijo...

Sandra tiene razón. Yo, antes de salir del placard, vivía con claustrofobia.

Margarita dijo...

Cuando otros opinan acerca de qué es lo más adecuado para nuestro bebé, hay que tratar de escuchar sin ofuscarse (porque muchas opiniones pueden ser de utilidad) y sin embarullarse. Luego la pareja decidirá lo que mejor le parezca, y tiene derecho a equivocarse.