miércoles, 25 de mayo de 2011

Los tres niveles de curiosidad humana

Como las muñecas rusas (mamushka-foto), el saber humano tiene diferentes tamaños. Además, muchos saben poco y pocos saben mucho.

Saber es una actividad humana que empezó a desarrollarse desde el comienzo de nuestra especie.

Necesitamos saber para poder vivir, actuar, resolver.

El acto de saber es aquel que nos consigue conocimientos que colecciona la memoria y que nos habilita para entendernos mejor con la naturaleza que nos rodea y de la cual formamos parte.

Es posible decir que existen tres tipos de saber:

— el vulgar;
— el científico;
— el filosófico.

El saber vulgar es el que vamos acumulando para el diario vivir: lo que está mojado suele estar frío, el viento puede destruir mi casa, la sangre no puede escaparse de mi cuerpo, si como ese vegetal me sentiré muy mal, mi cuerpo se transforma cuando ella me acaricia, el abuelo camina más despacio que yo, a veces hay mucho calor y otras veces mucho frío, etc., etc.

El saber científico surge en mucho menos personas. Es buscado por gente que además de enterarse de lo imprescindible para vivir todos los días, quiere saber por qué eso es así.

No le alcanza con el conocimiento vulgar sino que además se siente mal si no se entera porqué el sol da calor, por qué algunas personas gestan y paren seres humanos, qué causa las enfermedades, por qué en terrenos inclinados tirar de un carro se torna o muy fácil o muy difícil, qué pasa cuando duermo que vivo historias muy raras. ¡¿Un rayo partió un árbol?!

Quienes se dedican a la filosofía son aún menos y sufren de más curiosidad porque quieren averiguar las causas universales que provocan las causas particulares que investigan los científicos.

La filosofía es la ciencia que estudia el saber mismo.

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11 comentarios:

Luis dijo...

En el blog sobre "el dinero y la pobreza patológica", puse un comentario donde decía que las personas más felices eran los científicos, los artistas y los profesionales. Ahora me agrego 'los filósofos'. No sé si la filosofía es una ciencia, pero lo cierto es que pensar, además de ser útil, aporta felicidad.

Carolina dijo...

Cada vez me gusta más como escribe. (Qué lisonjera estoy!)

Nemo dijo...

Lisonjera!! De donde sacaste esa palabra Ñata?

Natalia dijo...

La curiosidad no se sufre, doc.

Lola dijo...

Muchas veces lo que está mojado, está caliente...

Diego dijo...

A veces uno no se da cuenta que para entender es necesario saber, no solamente pensar.

romántika dijo...

Me alcanza saber que mi cuerpo se transforma cuando me acaricia.

Sofía dijo...

También podría decirse que la filosofía es la disciplina que busca respuestas a los tópicos trascendentes de la vida.

Ma. Eugenia dijo...

Por qué tienen que ser los temas trascendentes, Sofía. No se puede filosofar sobre temas coyunturales y/o mundanos?

Sofía dijo...

Depende que entiendas por filosofar. Pienso que filosofar es distinto a opinar. Filosofar implica teorizar, estructurar un conjunto de ideas consistentes.

Javier dijo...

La filosofía tiene cierto tipo de poesía. La matemática también. Del pensamiento humano se desprende belleza.