martes, 22 de febrero de 2011

Ojos que (aparentemente) no ven

La ingenuidad y el desconocimiento funcionan como una miopía, que nos quita eficacia al no poder ver dónde estamos parados.

En otro artículo (1) les hice un comentario derivado de la afirmación por todos conocida según la cual «la unión, hace la fuerza».

Hay personas que nacen con el talento de comprender rápidamente cómo funciona el mercado laboral, comercial o industrial y prácticamente no necesitan dedicarle tiempo a informarse sobre cómo somos los seres humanos pues, con la intuición saben sin haber estudiado.

Sin embargo, la mayoría no tenemos esa capacidad y tenemos que recurrir al despacioso trabajo de hormiga, para saber quiénes somos, cómo son los otros y qué debemos hacer para asegurarnos los recursos materiales que nos permitan disponer de una calidad de vida digna y duradera.

Para esta mayoría que carecemos de la genialidad de nacer sabiendo, estamos quienes dedicamos casi todas nuestras energías a saber de nuestra psiquis, de la psiquis de los demás, cómo comportarnos para ganarnos el sustento y a difundir lo que podamos averiguar.

En muchos artículos he mencionado que todos necesitamos ser amados en tanto reconozcamos que no podemos estar aislados y sin ayuda ajena por mucho tiempo.

En otros artículos también he mencionado que somos seres vivos como los demás seres vivos, animales como los demás animales —, con particularidades que nos diferencian (como también se diferencian dos mamíferos como son la jirafa y el gato), especialmente agresivos, con la particularidad de atacarnos entre nosotros mismos, cosa que difícilmente encontremos en las demás especies.

Nuestra inteligencia percibe la realidad con tal ineficiencia que muchos de nosotros creen que somos nobles, buenos, tolerantes, amables, respetuosos, excepto unos pocos que llaman la atención por ser malos ciudadanos, pero que logramos sacar de circulación metiéndolos en cárceles o manicomios.

Las corporaciones también sirven para abusar

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10 comentarios:

Sandra39 dijo...

Se trata de metonimias. Alcanza con que alguien sea a veces bueno para que le demos el título de bueno, y a veces malo para que lo ubiquemos en el bando contrario. Supongo que es una cuestión de grados y que cada uno tiene fluctuaciones según su estado de ánimo y la vida que le esté tocando en suerte.

Alejandro dijo...

Si me pongo a analizar quiénes son los que considero buenas personas, veo que son mis amigos. Quiere decir que el metro soy yo. Si se parecen a mí y se han portado bien conmigo, son los que tienen razón y son los buenos.

Verónica dijo...

Mi hermana siempre fue muy intuitiva. Hasta ahora se ha casado sólo con hombres adinerados y viejos.

Margarita dijo...

Los que comprenden como funciona el mercado laboral y se sumergen en la acción, son personas que tienen pocas dudas. Quizás no sean genios, sino individuos poco analíticos.

Facundo Negri dijo...

Yo veo donde estoy parado. Lo que me asusta es que sólo hay vacío alrededor.

Norton dijo...

El estudio ilustra. La experiencia enseña.

Morgana dijo...

No nací sabiendo y tampoco pienso difuncir lo que pueda averiguar.

Berta dijo...

La ingenuidad y la locura pueden parecernos detestables, pero la realidad y la razón no siempre nos ayudarán a ser felices.

el poeta dijo...

Nací comprendiendo, con el instinto casi intacto... luego, quise ser mejor...

Lautaro dijo...

Los jodedores no pueden unirse porque se sabotean entre ellos.