viernes, 4 de febrero de 2011

El terrorismo de Facebook y Twitter

Gracias a nuestros “amigos” de las redes sociales, solemos enteramos de cuántas inhibiciones padecemos injustamente.

La represión es el mecanismo de defensa más importante.

Por él experiencias y apetitos que el sujeto aprendió a considerar inaceptables (porque se lo enseñaron mediante distintos métodos de persuasión) no consigue integrarlas adecuadamente en su pensamiento y personalidad.

La eficacia de la represión puede ser tal que el sujeto ignore lo que ha reprimido.

La represión no anula la energía psíquica reprimida. Ésta pugnará por manifestarse en la vida del sujeto:

— en los sueños,
— en los lapsus,
— en los actos fallidos,
— con la aparición de trastornos orgánicos, somatizaciones o cometiendo actos inexplicables.

Habitualmente, los anhelos, aspiraciones, deseos o instintos más reprimidos tienen que ver con la sexualidad y el deseo de poder.

Quienes fuimos educados para que neguemos nuestras aspiraciones homosexuales (presentes en todos), haciéndonos saber que nuestra opiniones no valen, que nuestros gustos son ridículos, terminaremos creyéndolo.

Es posible decir que la represión no sólo nos viene de afuera (padres, educadores, etc.), sino que también existe una responsabilidad nuestra en admitir sumisamente este sojuzgamiento y descalificación.

Nuestro funcionamiento mental, al no poder integrar ciertas ideas, deseos, aspiraciones, ve debilitada fuertemente su eficacia.

Imaginemos que muchas de nuestras ideas, deseos, instintos, están encerradas (reprimidas) en calabozos que no se vinculan entre sí.

Eso nos impide acceder a la productividad mental que lograríamos si nuestras propias ideas pudieran «dialogar» libremente entre ellas.

Algo similar ocurre cuando los ciudadanos tenemos reprimida la comunicación entre nosotros. No podemos producir en equipo, agruparnos, debatir, asociarnos.

Las redes sociales, no solo permiten comunicarnos con otras personas, sino también enterarnos de que algunas ideas, instintos y sentimientos, los teníamos injustamente reprimidos, en tanto ellos (nuestros “amigos”) los aceptan libremente.

Para los regímenes totalitarios, las redes sociales son terroristas.

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12 comentarios:

Estela dijo...

Para mí, que de las redes sociales mencionadas conozco muy poco, fue asombroso lo que pasó en Egipto.

Anónimo dijo...

A través de twitter me di cuenta que está lleno de bobalicones, y mal de muchos...

José Líder dijo...

De tan reprimida que tengo la comunicación, me paso equivocando en los discursos.

Gabriela dijo...

Producir en equipo nos permite avanzar muchísimo, siempre que la comunicación sea profunda y franca. Cuando nos comunicamos erigiéndonos en un personaje que sólo dice lo esperable, no se anvanza.

Esteban dijo...

A menudo nos cuidamos de lo que decimos porque si nos mostramos tal cual somos, corremos el riesgo de perder vínculos que nos son muy necesarios para sentirnos bien.

Clarisa dijo...

Libertad está encerrada en el piso cuatro, pero Doña Represión nunca olvida pasarle un plato de comida.

Leticia dijo...

Clarisa, sos patética!

Carolina dijo...

Buenísimo el artículo de hoy!
Una vez más FELICITACIONES Doc.

la gordis dijo...

Los apetitos reprimidos después se te manifiestan de la manera que menos esperabas.

Alicia dijo...

Si yo reprimo por ejemplo la bronca, la energía psíquica reprimida es la bronca, pero además se reprime aquello que nos causó bronca. No sabemos que tenemos bronca ni qué la causó. Este estado de cosas provoca a menudo depresión.

Marina dijo...

Quitarle al cariño, amor, ternura, su expresión sexual, es desde mi punto de vista, cortar una de las ramas por las que se transmite el afecto.
En la amistad hacia personas de nuestro mismo sexo, los que nos suponemos heterosexuales reprimimos el lado sexual del vínculo.
Creo que si no lo hiciéramos seríamos más felices porque lograríamos vínculos de mayor trascendencia.

Aldo dijo...

Todos somos bisexuales, pero se ignora, no se dice o por el contrario, se dice a los gritos, convirtiendo en frivolidad
algo que de veras importa.