Si la medicina funciona mejor con pacientes ignorantes y desinformados, trataremos que el sistema educativo logre eso.
La interacción entre los componentes del universo es armónica. La tendencia al equilibrio termina dándole un orden inclusive al caos.
A partir de esta definición, podemos ir achicando la muestra observada como para terminar diciendo que la especie humana es alcanzada por esa tendencia al equilibrio y que hasta en situaciones de guerra podemos encontrar armonía, es decir, una cierta lógica de su funcionamiento.
Disminuimos un poco más el objeto de observación y también podemos decir que las razas tienen un cierto orden interno, las naciones, los gremios, las universidades, las familias y los matrimonios.
En suma: la interacción a todo nivel tiene una permanente tendencia a recuperar un equilibrio que sistemáticamente tiende a alterarse. Como si se tratara de los movimientos de un péndulo, el universo en general y las pequeñas agrupaciones en particular, pasan de la inestabilidad a la estabilidad en forma permanente.
Si aceptamos esta descripción del universo y sus componentes, podemos pensar que los factores que influyen en los acontecimientos particulares pueden estar alejados entre sí.
Ahora les comento a qué se debe esta introducción.
Es una preocupación constante de nuestra especie lograr la mejor educación de las nuevas generaciones. Todas las comunidades, actuales y antiguas, han tratado de encontrar la mejor forma para que los niños y jóvenes aprendan lo necesario como para formar sus propias familias, para trabajar, para conservar la cultura, la integridad del colectivo, ... y finalmente educar a los futuras generaciones.
Sin embargo, en ese sistema de interacciones, nos encontramos con que la medicina funciona mejor cuando los ciudadanos idealizan la sabiduría de los «sanadores» y esto sólo se logra con un Sistema Educativo que forme sumisos ignorantes en los temas de salud.
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9 comentarios:
Cualquier servicio funciona de manera más aceitada si sus beneficiarios son ignorantes y acríticos, pero son los usuarios quienes salen perjudicados. Por eso es importante que la educación desarrolle la capacidad de pensar y cuestionar.
Es difícil hacerse una idea de cuál es la actitud predominante respecto al tema salud. Muchas personas tienen una actitud de prescindencia, no les interesa cuidarse; también existe una minoría excesivamente cuidadosa, pero supongo que la mayoría nos ubicamos en un punto medio entre dichos extremos. A su vez entre los interesados en la salud, están quienes buscan informarse y quienes dejan todo en manos de su médico.
La educación formal apunta a que cuidemos la salud pero sin ahondar en el tema. Sabemos que deberíamos hacer pero desconocemos el por que, quizás en el supuesto de que para obedecer no es necesario conocer los motivos.
Uno se lleva bien con el médico por el mismo motivo que se llevaría bien con el cocinero: no queremos que tenga motivos como para hacernos las cosas mal.
Me cuesta entender cómo se puede llegar a viejo y seguir idealizando!
La tendencia a idealizar también se vincula a la necesidad de aplacar el miedo.
Si dos personas tienen el mismo nivel educativo es menos probable que una idealice a la otra. Muchas veces alcanza el hecho de ser profesional universitario para imponer un manto de respeto.
La forma de equilibrio que nos resulta más familiar es todavía, la de marinero y capitán, la familia con su jefe, el pastor con su rebaño.
Es mucho más fácil recuperar el equilibrio alterado cuando uno manda y los demás obedecen; claro que eso tiene su costo.
La crítica nos expone al cambio, y el cambio es siempre riesgoso. A su vez el avance depende del cambio, pero el retroceso es también una forma de cambio. Así es que nos debatimos entre la seguridad, la conservación de las buenas tradiciones y la búsqueda de nuevos horizontes.
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