La tarea del «disc jockey» tiene semejanzas con la configuración del deseo que hace una madre con su hijo.
Aunque la expresión inglesa «disc jockey» podría significar «jinete de discos», se usa para designar al artista capaz de mezclar música almacenada en diferentes soportes (CD’s, discos de vinilo, cintas magnéticas, computadoras).
Este arte es muy preciado por los amantes de la música y del baile pues sus creaciones son capaces de integrar armónicamente miles de sonidos, como si se tratara de una composición musical nueva.
Los disfrutamos en emisoras de radio y en fiestas bailables.
Es entretenido verlos trabajar pues se valen de aparatos sofisticados, llenos de rotores, perillas, deslizadores e indicadores luminosos, digitales, analógicos.
Con las fuentes de sonidos que ellos poseen y las herramientas que manipulan, logran esas creaciones que nos divierten y mejoran nuestra calidad de vida.
Son semejantes un «disc jockey» que compone música y una madre que configura el deseo de su niño.
Ella trata de aliviarlo, mantenerlo contento, sin llorar, con expresión complacida. Para eso le da de comer, lo higieniza, lo acaricia, le susurra, le canta, lo mece, lo abriga.
Claro que tanto el «disc jockey» como la mamá son humanos buscadores de placer personal (satisfacer su propio deseo).
Ella buscará placer personal en su tarea y por eso le dará al niño lo que le dé mejores resultados a ella confiando en que su niño protestará cada vez que algo no le guste porque le hace daño.
Aquellas primeras experiencias agradables configuran nuestra forma de desear, activando nuestras zonas erógenas por ejemplo, y en lo sucesivo intentaremos disfrutar como ella nos enseñó. Más aún, estaremos enamorados de ella sin importar nuestro sexo anatómico.
Algunos malestares en la adultez mejoran si podemos ajustar aquella configuración deseante infantil a la realidad contemporánea adulta.
(Este es el Artículo Nº 1.518)
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11 comentarios:
Integrar de manera armónica nuestras fuentes de placer, es algo que vale la pena intentar.
Estamos condicionados por la forma de disfrutar de nuestra madre. Esa forma tiene aspectos individuales y otros que corresponden a la cultura y a la especie.
¿Es cierto que buscar la satisfacción del deseo es algo ineludible?
Me pregunto si la configuración deseante infantil evoluciona a la par que el individuo.
jajaja!!! la madre atendiendo al bebé se parece al disc jockey: hace 5 cosas al mismo tiempo
Yo protestaba cuando algo no me gustaba, pero el lema de la vieja era ¨si no te gusta la sopa, dos platos¨.
Cuando la madre fracasa de manera reiterada en el intento por aliviar y complacer al niño, suponemos que se originan dificultades en el desarrollo psíquico del niño.
Las mujeres nos hemos acostumbrado tanto a ser sojuzgadas, que no me llamaría la atención que fuésemos todas lesbianas y no quisiéramos enterarnos.
Un buen disc jockey sabrá encontrar la forma de satisfacer su propio deseo en armonía con su público. Lo mismo intenta una buena madre, pero su público es tridimensional: su hijo, su familia, la sociedad.
Las madres a veces tenemos dificultades para interpretar las protestas del niño, y a veces ni siquiera las detectamos.
Encontrar placer personal en la tarea es necesario y saludable, aunque no llega a garantizar un buen desempeño.
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