martes, 6 de marzo de 2012

Todo bajo estricto descontrol

Quienes necesitan negar que exista una parte de la psiquis totalmente desconocida (inconsciente), prefieren hablar de «subconsciente» y esforzarse por controlarlo todo.

Un banco debe ser una institución donde nuestros ahorros se encuentren seguros. Le pagamos comisiones o lo autorizamos a que los preste, para que, como contrapartida, él los guarde muy bien.

Con una certeza (confiabilidad) similar, nuestro inconsciente cumple la función de «guardar» (ocultar, alejar de la conciencia) los contenidos psíquicos que, si fueran conscientes nos impedirían vivir en sociedad (instintos, recuerdos vergonzosos, deseos inconfesables).

La psicosis (locura) se produce porque el aparato psíquico es tan ineficaz (débil) como lo sería un «banco de puertas abiertas».

Los contenidos psíquicos tan bien guardados influyen enérgicamente en nuestra vida, pero lo hacen cumpliendo el requisito de ser desconocidos (inconscientes).

El psicoanálisis tampoco sabe qué contenidos tiene cada uno en el inconsciente pero está especializado en conocer algunas de las técnicas de guardado (de ocultamiento).

Una de esas técnicas es la de utilizar una lógica distinta a la lógica de la conciencia (razonamiento, sentido común, juicio).

Cuando Freud «refundó» la existencia de esta función psíquica (varios filósofos anteriores a él habían planteado la posibilidad de un inconsciente), causó mucho malestar porque decirnos que una parte de nuestra mente funciona sin que podamos conocerla, hiere narcisísticamente (ofende, humilla, insulta) a quienes creen posible tener todo bajo control.

Actualmente, este conjunto de personas que suponen tener el poder de hacer lo que consideran mejor, optan por negar que tenemos una parte «inconsciente» y prefieren aludir a él llamándolo «subconsciente», dentro del cual se encuentran contenidos psíquicos omitidos, olvidados, extraviados por descuido, por ineficacia, por ignorancia.

Las personas que creen en el «subconsciente» dedican su vida a no equivocarse, manteniéndose en un estado de alerta máxima tan desgastante como ineficaz.

(Este es el Artículo Nº 1.503)

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12 comentarios:

Oliverio dijo...

Tendemos a negar que estamos multideterminados porque implicaría aceptar que muchas cosas no tienen remedio.

Flavia dijo...

Creer en la existencia del inconsciente disminuye el estrés.

Verónica dijo...

Con lo poco que somos capaces de controlar, nos creemos dueños de nuestra vida.

Hugo dijo...

Nos exigen que seamos dueños de nuestra vida, y nosotros aceptamos con orgullo porque no sabemos en lo que nos estamos metiendo.

Elbio dijo...

Si admitimos la existencia del inconsciente, será muy difícil proclamarse libre e impartir justicia.

Damián dijo...

El inconsciente guarda pero no se responsabiliza por las filtraciones.

Leticia dijo...

A veces se intenta instrumentar cierto ¨descontrol con orden¨, para liberar la presión que implica la vida civilizada.
Pero son cosas que duran poco... ya ve que quieren prohibir el Carnaval de La Pedrera.

Silvana dijo...

Según Freud nuestras motivaciones más profundas están en el inconsciente. Si aceptáramos que desconocemos las raíces de nuestros actos, tendríamos que organizar el mundo de otra manera.

Anónimo dijo...

¨Jamás pude entender al inconsciente¨: eso es lo que me dice mi mujer.

Laura dijo...

Si fuésemos menos dañinos, controlar o no al inconsciente, dejaría de ser algo crucial.

Marcelo dijo...

la joda está en que ni siquiera aceptamos ser dañinos

Ale dijo...

No te voy a decir que los obsesivos controlen todo, pero que se la hacen difícil al inconsciente, se la hacen.