Es probable que la gratitud sea un sentimiento de temor que se intenta apaciguar con la palabra mágica «gracias».
La palabra «bombo» seguramente fue creada por algún niño cuando quiso aludir al instrumento de percusión que luego tomó ese nombre.
También encontramos algo semejante con el «trombón», el «clarinete», y el «violín».
Sus nombres aluden al tipo de sonido que provocan los instrumentos correspondientes.
En los comics encontramos abundantes «sonidos» escritos con letras que agregan idea de volumen sonoro o estridencia o tenebrosidad: «splash» (caída sobre agua), «mmmmuá» (beso), «pum» (golpe seco), «bang» (disparo de revólver), «cri-cri» (canto de grillos), «brrr» (miedro, temblor), «grrrr» (horror, gruñido amenazante).
Las palabras son usadas para comunicarnos pero también para conjurar peligros, atribuyéndoles algún poder mágico: rezar, bendecir, maldecir, exorcizar.
Las «palabras mágicas» son usadas por los magos, brujos y otros personajes con poderes sobrenaturales para obtener logros igualmente extraordinarios.
Esta introducción es para terminar hablándoles de las intensas ganas de agradecer que tienen algunas personas en muchas circunstancias.
Personalmente creo que los sonidos «gr» y «br» aluden a sentimientos de temor y, por lo tanto, cuando usamos esos sonidos es probable que inconscientemente estemos tratando de apaciguar alguna amenaza (generalmente imaginaria... pero no por eso menos temible).
En lo que refiere al tema de este artículo, el agradecimiento puede ser una actitud que más bien intenta apaciguar a quien va dirigido.
Quizá quien agradece está diciendo algo así como «te temo», «espero que no me hagas daño», «déjame con vida».
La gratitud es un sentimiento que denota subordinación: El caso más notorio es el agradecimiento a Dios por los dones recibidos, ... el más importante de los cuales seguramente es seguir teniendo vida.
Cuando el artista agradece infinitas veces al público que lo ovaciona, está diciendo en realidad «¡no me devoren!».
(Este es el Artículo Nº 1.520)
●●●
12 comentarios:
Cuando damos las gracias por lo general estamos alegres porque hubo algo que salió bien (fueron amables, nos prestaron algo, nos cedieron el lugar, nos dejaron pasar, etc, etc).
El gruñido solapado que aparece en la palabra gracias es un recordatorio que parece decir ¨está todo bien, pero mirá que también puedo ser malo¨.
El ¨grrr¨ y el ¨brrr¨ pueden expresar temor y también lo que le sigue al temor; ese gruñido en forma de advertencia, que menciona Filisbino.
Para gruñir es necesario levantar el labio superior y mostrar los dientes. Los perros, por ej, mantienen ese gesto varios segundos, en cambio nosotros lo hacemos de manera casi imperceptible cuando hablamos enojados.
Los ritos religiosos le dan un lugar muy importante a dar las gracias. Incluso en EEUU y Canadá existe un día dedicado a eso, el día de Acción de Gracias. Por lo tanto es muy probable que usted esté en lo cierto, que el agradecimiento busque en última instancia apaciguar el miedo, conjurar las amenazas.
El artista agradeciendo es un ejemplo fantástico. La mezcla de alegría y miedo de un individuo que está siendo ovacionado, debe ser sublime... aunque supongo que es como todo, al final uno se acostumbra.
Los jóvenes pocas veces dan las gracias. ¿Será que las nuevas generaciones son menos temerosas?
Es cierto que el agradecimiento denota subordinación, pero no olvidemos que también es un instrumento útil para vincularnos. Ante el otro implica reconocimiento (reconozco que fuiste amable conmigo) y por lo tanto queda implícita una promesa de reciprocidad. Este dar y recibir posibilita intercambios beneficiosos para ambas partes.
El comentario de Oliverio me llevo a asociar eso del ¨toma y daca¨, que hace referencia de manera despectiva a la actitud de dar esperando siempre algo a cambio.
Nunca entendí del todo por qué se condena tanto esto, que en definitiva es reciprocidad. Claro que me doy cuenta que se vuelve molesta, la persona que está pendiente de manera excesiva, a la hora de recibir los beneficios por lo que antes dio. Lo que no me parece bien es que se caiga en el otro de extremo de pretender que se debe dar sin esperar nada a cambio. No sé porque nos parece tan linda esa frase, es completamente ilógica y de ella se extrae como conclusión que habrían personas muy mezquinas, incapaces de dar nada... y eso es justamente lo que quieren creer los generosos, para destacar aún más su virtud. De ese modo ellos quedan ubicados en un lugar maravilloso pero sin sentido, porque desde un punto de vista social lo que sirve es el comercio y no la guerra entre ¨buenos¨ y ¨malos¨.
Yo puedo ser buenísimo, pero si no siento agradecimiento, si no me valoran, no soy tan tonto como para andar tirándole margaritas a los chanchos.
A mí me da resultado apaciguar con la palabra ¨perdón¨, me refiero a perdón con voz suave y bajando la vista, no a ¨peeeerdooón¨.
Se pone mucho énfasis en agradecer lo que nos gusta para inducir al otro a que deje de hacer aquello que no nos gusta. Es como decirle: mirá esta vez sí me gustó, y quiero que siga siendo siempre así.
Mi abuela decía: ¨gracias hacen los monos¨.
Publicar un comentario