miércoles, 1 de diciembre de 2010

La prepotente prohibición del lesbianismo

Es probable que yo tenga un desmesurado afán de protagonismo, como me dicen algunas personas conocidas.

No solamente supongo que tienen razón sino que además estoy conforme con mi libertad para pensar, escribir y proponer ideas que no están en los diarios, revistas y libros de difusión masiva.

Claro que los amantes de Caperucita Roja, Pinocho y La Cenicienta, no quieren saber nada con mis ideas tan apartadas de lo que siempre se dijo, se opinó y se tomó como verdad incuestionable.

En un artículo ya publicado (1), repetí algo que dijo Jacques Lacan (simplemente porque nació antes que yo): «heterosexual es cualquiera que desee a las mujeres».

Si hombres y mujeres pudiéramos abandonar el machismo, es probable que terminemos considerando que el valor, utilidad y significación de ambos sexos es totalmente diferente.

En caso de que se hiciera una evaluación descontaminada de intereses sexistas, desapasionada y sin prejuicios, tendríamos que reconocer que

1º) Si consideramos que las únicas cosas que tenemos que hacer los seres vivos es cuidarnos como individuos y como especie (reproducirnos) (2);

2º) Entonces, las mujeres, con su increíble cuerpo, capaz de gestar y alimentar, valen mucho más que el hombre.

Como desde hace milenios nos venimos organizando en base a la fuerza bruta, la violencia y la agresividad, casi todos somos más o menos machistas.

Somos machistas porque es el sexo que manda, gobierna, dirige y castiga a los desobedientes.

Cuando este régimen de dominación bestial caiga en desuso, entonces las mujeres podrán expresar libremente su preferencia por las demás mujeres y disfrutarán de los varones sólo como alternativa necesaria para embarazarse.

Hasta ahora ellas dicen preferir a los varones, en base a una costumbre que comenzó siendo miedo (por lo mismo que somos machistas).

Algún día las dejaremos salir del placar.

(1) «Si señora, voy corriendo»

Sabemos mucho de gays pero poco de lesbianas



(2) Ver blog La única misión

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12 comentarios:

tessa dijo...

Creo que estas exagerando un poco y en cierta forma liberando una fantasias tuya muy personal.
Yo me muero si llegara el dia en que reinen las mujeres, me asqueo, se me debilita la energia..!

Jorge dijo...

Señor, sus comentarios me apasionan, desde hace unos pocos días soy asiduo lector suyo. Lo admiro.
Claro, soy fanático de la ciencia ficción... Quien quiera ser lacaniano es libre de serlo, yo soy bradburyniano. Lo saludo.

Gabriela dijo...

Quién habló de que reinaran las mujeres, Tessa?
Cada cual lee lo que quiere.

Elena dijo...

Es probable que entre mujeres nos entenderíamos mejor, en caso de formar pareja o parejas o lo que sea.
De todos modos no quiero dejar de lado algo que se produce entre hombre y mujer y no entre mujeres. Es una atracción muy general hacia los hombres que nos gustan. Con general me refiero a una especie de atracción flotante, no muy consciente ni intensa. Esa situación permite que por ej, las conversaciones sean amables y menos paranoides o competitivas que las conversaciones entre mujeres. Las mujeres que NO SOMOS AMIGAS, las conocidas digamos, siempre mantenemos un sentido de alerta cuando nos relacionamos entre nosotras. En nuestro fuero interno pensamos "qué querrá decirme en realidad", "me tiene envidia", "se siente superior", "está tirándome la lengua porque algo quiere averiguar", etc. Cuando conversamos con un hombre simplemente nos concentramos en resultar agradables.
Es muy probable que si esto se da (ya que es un parecer mío, nada más), sea porque entre nosotras tenemos una lucha encarnizada disputándonos a los hombres. Y sin embargo, para fecundar los hombres sobran. Quizás las mujeres luchen por conseguir un hombre, por el miedo del que ud hablaba, ese miedo ancestral a que otro animal devore tus crías o te sorprenda cuando las estás amamantando. Las mujeres buscamos la amorosa protección de los hombres. Quizás otras mujeres podrían protegernos, pero tendrían que ser las que no están en edad de procrear, es decir, o muy jóvenes, o muy viejas, y difícilmente ellas puedan ser útiles cumpliendo esa tarea.

Lucas dijo...

Entonces a los hombres se nos va a complicar para encontrar mujeres disponibles.

Ingrid dijo...

Los hombres se entienden mejor entre ellos y lo mismo pasa con las mujeres porque salta a la vista que dentro de un mismo género somos más parecidos. Sobre todo las sensibilidades.
Muchas veces las mujeres nos sentimos heridas porque ellos no tienen la menor idea de lo que estamos esperando o necesitando. Y a los hombres les pasará lo mismo.
Quizás funcione mejor una cultura como la griega pero SIN MACHISMO, lo cual es perfectamente posible, porque ya las guerras no se ganan con los músculos.

Juliana dijo...

Quién no tiene afán de protagonismo? El que prefiere ocultarse por conveniencia personal.

Lo que sucede es que pocos se animan a ser protagonistas. La enorme mayoría le tememos al ridículo, a las críticas, los enfrentamientos, a no hacer lo políticamente correcto, a perjudicarnos sin darnos cuenta; qué se yo, tantas cosas.
Afán de protagonismo tenemos todos, porque quien es protagonista en el éxito, es respetado, admirado, querido, deseado. Y a quién no le gusta eso. Es más, vivimos para lograr esa devolución de nuestro entorno.
Aclaro que cuando digo éxito me refiero a lo que sea valorado para c/u, desde ser como la Madre Teresa o como Ricardo Fort.
Inclusive una manera de tener éxito puede ser cultivar la humildad, el perfil bajo, dar en forma anónima. Para muchas personas esa es la manera de sentirse protagonistas de una elite superior.

Evaristo dijo...

La frase de Lacan no la entiendo. Sería muy interesante si pudiese desmenuzarla en alguno de sus artículos.

robert dijo...

ya veo cual es la sociedad que ud quiere: mujeres lecheras, unos pocos machos sementales y muchos bueyes para laburar

Guillermina dijo...

Claro! heterosexual es cualquiera que pueda aceptar la interferencia del padre (rol padre).
Es así?

Iris dijo...

Los amantes de Caperucita, Pinocho y la Cenicienta, son seres abominables y cruentos. Gustan con morbo de la sangre, la mentira, el asesinato, la pedofilia, la esclavitud, el abuso... hay Licenciado, no quiero ni pensar.
Yo sé quienes no lo entienden: los amantes de La familia Ingalls, CSI Miami y Fama. Gente como yo pero que no hace el esfuerzo.

Roque dijo...

Los avances de la ciencia y la tecnología nos igualarán a todos.