martes, 26 de octubre de 2010

Las exhibiciones para no ser miradas

Quien usa prendas escotadas, permite la exhibición de una parte sugerente (insinuante) de los senos, atrayendo las miradas de casi la totalidad de quienes se crucen con ella.

Sin embargo este espectáculo puede ser disfrutado tomando la precaución de no fijar la vista con excesiva insistencia, porque de hacerlo, podría molestar a su dueña, habilitándola para que se enoje, llamando la atención sobre la impertinencia de quien mira con demasiado desenfado.

Podemos concluir entonces que las mujeres, cuando muestran sus senos, desean ser miradas con disimulo.

La situación ideal ocurre cuando quienes estén fascinados por su belleza física, demuestren esta atracción de forma indirecta, por ejemplo sonriéndole, dedicándole más atención a lo que dice (sólo para disfrutar de reojo el bello paisaje), o procurando acceder a una visión completa con la suficiente intimidad como para poder besar, acariciar, lamer.

Con estas sencillas (y cotidianas) ideas que comparto con usted, pasemos a otro tema menos evidente, más sutil, pero mucho más frecuente.

Es casi seguro que el inconsciente existe, aunque no siempre lo definimos tan claramente como para saber de qué estamos hablando.

Al expresarnos, decimos más de lo que queremos.

Imaginemos que la chica del escote, dice: «Si muero, quiero que mis cenizas sean tiradas al mar».

Escuchar este enunciado, nos lleva a pensar que la joven está dando una orden que deberá ser cumplida después de su muerte... pero ella dice algo más sin darse cuenta.

Al decir «Si muero …» está mostrando que, en su interior, para sus adentros, admite la hipótesis de que también podría no morir.

Quienes oímos su error conceptual, solemos disimularlo tanto como nuestro embeleso por su senos.

Para su inconsciente, ella es inmortal.

En general, todos decimos más de lo que imaginamos pero el auditorio suele no percatarse o disimula para no molestar.

Nota: en la imagen, el fotógrafo captó el momento en que la actriz italiana Sofía Loren mira disimuladamente el escote de la actriz norteamericana Jayne Mansfield.

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11 comentarios:

Eladia dijo...

Ud afirma que no importa el contexto en el que se diga la frase: "si muero..." ?

Paty dijo...

Con eso que dice ahora resulta que me da miedo hablar, y escribir algo acá. No me gusta que escuchen de mí más que yo.

Chapita dijo...

En mi caso, seguro que no muero. No me van a dejar. Se lo digo porque ya lo he intentado.

Yoel dijo...

Los escotes no tienen dueño; como no tienen dueño los atardeceres, el canto de los pájaros, o la sonrisa de los niños.

Fulgencio dijo...

Para mirar con desenfado, primero tiene que irse el enfado. El que está enfadado mira mal. Mira con ojos duros. Y así no se puede mirar a una señorita.

Isabel dijo...

Me gusta que me miren con disimulo, pero no tan disimuladamente que no pueda darme cuenta; si no qué gracia!

Natalia dijo...

Es horrible cómo me delato! Cuando hablo con un hombre que me gusta, enseguida empiezo a tocarme el pelo.

Amílcar dijo...

La que se enoja en una situación como la que ud describe, no tiene derecho.

Emilia dijo...

Seguro que si Jayne hubiese visto la mirada de Sofía, habría disfrutado más que si la hubiese visto cualquier tipo.

Florencia dijo...

Es como dice Emilia, a nosotras nos gusta que nos envidien las competidoras; nada más sublime.

Martín dijo...

De chico mi madre me mandaba a un taller de expresión porque parece que yo decía menos de lo que quería.