miércoles, 27 de octubre de 2010

Salud y periodismo

En otro artículo (1) les comentaba que todos trabajamos en beneficio de la industria de la salud, porque directa o indirectamente, en tanto una mayoría piensa que la medicina es tan importante como el aire, consultamos al médico por preocupaciones, precauciones, prevenciones, padecimientos.

Además de pensar que la medicina y el aire son igualmente importantes, pensamos que existen médicos buenos y malos, eficientes e ineficientes, sabios e ignorantes.

Para que un médico cumpla con los más altos requerimientos profesionales y cuente con nuestra confianza, debe escuchar todo lo que le decimos, poner cara de preocupación y rápidamente, cual guardaespaldas dispuesto a todo por la seguridad de su cliente, ordenar la compra e ingestión de varias sustancias que convertirán al consultante, no sólo en alguien poseedor de la salud que tenía antes de enfermar sino que además, nunca volverá a tener esos problemas.

Veamos su relación con el periodismo.

Considerado globalmente, puede describirse de esta forma:

En esta industria, trabajan muchos especialistas en buscar (noticias), redactar, fotografiar, filmar, publicar, etc..

Estas personas tienen gastos permanentes (comida, vestimenta, vivienda) y necesitan tener salarios, honorarios, ganancias (ingresos monetarios) en forma también permanente (ingresos fijos).

Por lo tanto, mes a mes, día a día, deben lograr ingresos económicos para la empresa que los ocupa (editorial, radio, televisión).

Para que los ingresos sean fijos, constantes, infaltables, los trabajadores de la industria informativa deben tener noticias, novedades, algo para decir, también en forma permanente, constante, infaltable.

Una de las consecuencias es que los consumidores (lectores, radioescuchas, televidentes), recibimos demasiada información y defensivamente deja de importarnos lo que pueda ocurrirle a nuestros semejantes.

Esta indiferencia protectora de nuestra sensibilidad, nos provoca una sensación de soledad y vacío, muy angustiantes.

Entonces, consultamos al médico y la industria de la salud nos recibe como clientes.

(1) Sólo da ganancia un cliente vivo

Nota: La imagen corresponde al logo de C.Q.C. (Caiga quien caiga), formato de noticiero argentino, actualmente utilizado en España, Brasil, Israel, etc.

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10 comentarios:

Rojas dijo...

NOTICIA DE ÚLTIMO MOMENTO

EXISTE UNA CONFABULACIÓN ENTRE
EL PERIODISMO Y LA MEDICINA

chararararancha chan chan chan(bis)

Matilde dijo...

Todos los trabajadores tenemos que forzar la búsqueda de algo para que nuestros ingresos sean fijos.
Imagine qué sería de los maestros, si la enseñanza no fuera obligatoria.

Joe Black dijo...

El periodismo tiene una página asegurada: necrológicas.

Maruja dijo...

Las cosas mejorarían si los periodistas trabajaran en menos pavadas, los consumidores de noticias recibiéramos menos información al cuete y los médicos dedicaran más tiempo a cada paciente, sin papas en las orejas.

Armando dijo...

Siempre trabajé a comisión. Por eso mis gastos fijos variaban de mes a mes. Recuerdo que cuando no pagué la pensión conocí a Juanita. Ella me enseñó el camino de la fe. Me protegió. Me dijo que ese camino estaba empedrado de buenas intenciones. Que ningún ser humano debía vivir a la intemperie. Que debía luchar por conservar mi propia vida. Y empecé a tenerme fe. Empecé robando cosas pequeñas, como alfileres o cortauñas. Luego fui creciendo. Ahora que tengo mi propia casa, le enseño a otros muchachos el camino de la fe.

Efraín dijo...

Consultar al médico es un pasatiempo suntuoso.

Lucio dijo...

Estoy por cumplir 25 años de ingesta contínua de medicamentos. Soy un crónico. Ahora el gobierno me asegurará algunos derechos para conseguir mi medicina a precios más accesibles.
No pienso desperdiciar este momento y dejar de ser crónico justo ahora!

Canducha dijo...

Si el médico pone cara de preocupación hay que abandonarlo inmediatamente. Ya sea por falluto o por pájaro de mal agüero.

Chapita dijo...

A mí me importa lo que le ocurra a mis semejantes... lo que no encuentro es a alguien semejante a mí.

Analía dijo...

Yo en el único lugar en donde no encuentro indiferencia, es en la Sociedad Protectora de Animales.