domingo, 3 de octubre de 2010

Aquí les habla Aquiles

Soy el hijo literario de Homero. Él se dedica a reinventar leyendas que le contó su abuela cuando era pequeño.

Como padre no es gran cosa, comparado con otros autores que atienden con mayor dedicación la crianza de sus personajes.

Casi no juega conmigo y no me cuenta historias para hacerme dormir.

En varias ocasiones me rezonga, porque no termina de estar satisfecho con mi forma de ser.

A veces vuelve después de varios días de ausencia y se pone insoportable. La gente le llena la cabeza y lo convence de que yo no tendría que demostrar tanta inestabilidad emocional.

Los griegos nunca están conformes. A veces quieren que sus ídolos sean belicosos, agresivos, violentos y despiadados, y otras veces prefieren héroes paternales, serenos, idealistas, dialogadores y que les perdonen la vida a los enemigos.

A Patroclo me lo trajo papá porque me veía muy solo.

Cuando leo cómo lo describe, me pregunto si no estará enamorado de él.

Quizá yo sienta los celos típicos que tiene cualquier héroe cuando supone que otro personaje podría estar opacando su esplendor.

Lo cierto es que entre Patroclo y yo, ahora hay mucho más que amistad.

Aunque no sea un padre-autor muy cariñoso con su hijo-personaje, estoy orgulloso con la personalidad que me asignó, tan cargada de honor, aún en desmedro del patriotismo que otros hijos-personajes de Grecia tienen que representar.

Me puso de muy mal humor que matara a mi Patroclo prematuramente. Creo que lo hizo por celos.

¡Qué furioso se pondría si supiera que en sueños nos amamos más que antes!

Ahí viene el enfermero a inyectarme el talón con la droga que me cambia de novela por un rato.

Nota: La imagen corresponde a una obra del pintor griego Sosias (siglo quinto antes de Cristo), y representa a Aquiles (derecha), vendando un brazo a Patroclo.

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10 comentarios:

Lucas dijo...

No me sorprende que Homero sea un mal padre. Ya lo conozco bien, lo veo todos los días en la televisión.

M. Eugenia dijo...

Y cuál era el sosías del pintor griego Sosías?

Graciana dijo...

Aquiles desarrolló una especial vulnerabilidad en el talón porque desde niño se ganó su vida como talonero. La asociación entre la palabra talón y talonero provoca la cólera de Aquiles, porque odiaba ese rutinario trabajo de repartir los talones que permitían la entrada al Olimpo

Aquiles dijo...

Con Patroclo nos encantaba comer choclo. Qué tiempos aquellos!

Rulo dijo...

No debe ser tan lindo que tu padre te determine a ser una persona honorable de tiempo completo.

Nolo dijo...

Ubicate Aquiles! Tu existencia depende de una minoría pequeña, pequeñita, que leyó la Ilíada.

Hugo dijo...

Los padres literarios pueden disimular menos las predilecciones hacia sus hijos.

Eva dijo...

Los griegos están conformes, sólo que a veces precisan dioses belicosos y otras veces dioses paternales, es como en la vida.

Homero dijo...

Pero Aquiles! para dermir tú sólo precisas que cierren el libro.

Salustio dijo...

En la Grecia Antigua, los enfermeros eran un símbolo sexual como ahora lo son las enfermeras. Incluso en el barrio rojo se vendían sensuales uniformes de enfermeros para despertar la imaginación erótica de aquellas gentes.