domingo, 4 de julio de 2010

Mejor no averiguar

Con Sofía tenemos un trato que se viene respetando rigurosamente, aunque en nuestro vínculo, esto es lo único riguroso. Todo lo demás está expuesto a los interminables avatares de la existencia:

— ella se siente bien, pero no tiene deseos sexuales;
— soy muy ahorrativo pero un día hago una compra compulsiva inexplicable;
— nos reunimos los fines de semana con nuestros padres, pero en alguna ocasión eso se interrumpe, sin explicaciones ni justificaciones ni mucho menos, malhumor.

Lo único riguroso es que ni ella ni yo tendremos relaciones sexuales con otra persona, sin consultarnos.

Siempre pensamos que este pacto es innecesario, porque ni ella ni yo toleraríamos imaginar al otro, penetrando o penetrada.

Sin embargo, nos pareció prudente establecer este pacto de forma explícita y luego respetarlo, con todas las formalidades que no guardamos respecto al resto de nuestra relación.

No hace mucho, la gerenta de la empresa donde trabajo, volvió de un viaje. Nos reunimos para festejar su retorno e informarnos de lo que vio en las exposiciones que visitó.

Cuando regresamos a nuestras respectivas oficinas, ella entró en la mía sin anunciarse y —como segunda excepción—, giró mi sillón, apoyó ambas manos sobre mis muslos y me dijo a escasos diez centímetros de mi cara:

— Te voy a coger y no me importa que estés casado.

Media hora después, le pedí a mi asistente que derivara las llamadas telefónicas a mi celular porque no volvería hasta el día siguiente.

Estuve sentado en una plaza, no sé cuánto tiempo y con el móvil apagado.

De noche, le conté a Sofía lo que pasó, que no quería acostarme con la gerenta, que temía por mi puesto de trabajo.

Con mi tono de voz, sé que le pedí ayuda.

Ella quedó pensativa, nos miramos a los ojos mucho rato, hasta que bajó la vista y me dijo:

— Está bien, yo me encargo.

Ahora no me animo a preguntarle qué sabe sobre la desaparición de la gerenta.

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11 comentarios:

Cacho dijo...

Y bueno, el que quiera ser riguroso que se la banque.

Yenny dijo...

Me imagino que debe ser difícil para un hombre, iniciar juicio por acoso sexual a una mujer.
Tendrá que aguantarse las cargadas de los amigos por el resto de su vida.

Marcia dijo...

Eso sucede Yenny, porque el machismo continúa dominando.

Roque dijo...

Este cuento es el sueño del pibe: volverse irresistible para una mujer con poder y que la mujer de uno sea capaz de matar para no tener que compartirlo a uno.

Lola dijo...

Cómo! Ella no tiene deseos sexuales y él permanece fiel?! Qué les paso?

Facundo Negri dijo...

Sofía derivó su energía sexual hacia actividades más oscuras y peligrosas. Seguro que la gerenta no era su primera víctima.

López dijo...

Cuánta fantasía! La gerenta se fue de viaje otra vez, hermano.

Santina dijo...

No sé que opinan ustedes. Mi marido también es muy ahorrativo. Ambos lo somos. Estamos luchando por la casita propia. A todo esto, ayer el gordo se apareció a la hora de la cena anunciando que acababa de señar un piano de concierto. Yo no pude más que darle un abrazo.
Sé que tendría que haberlo consultado primero, pero se lo merecía. Después veremos qué hacer.

M. Eugenia dijo...

Y cuando ella se siente mal, tiene deseos sexuales?

Orestes dijo...

A mí una vez me pasó algo muy, muy parecido, con la diferencia de que me alcanzó la fatalidad cuando estaba sentado en la plaza. Allí se acercó una de mis subordinadas, me repitió lo que le había escuchado decir a la gerenta en mi oficina (las paredes oyen)y a ella tuve que decirle SIIIIII!!!!!

Anónimo dijo...

ta orestes!! sos flor de vivo!! ganaste dos minas en un solo dia!! le voy a contar a tu novia....