Popularmente decimos «Quien se quema con leche ve una vaca y llora».
En términos más académicos se habla de Trastorno por estrés post-traumático.
Permanentemente estamos expuestos a que nos suceda algo tan conmovedor que no podamos procesarlo con los recursos que cuenta nuestra psiquis.
Abundan las obras de ficción de la literatura y del cine en las que un personaje se ve enfrentado a un estrés enorme (por ejemplo una amenaza de muerte), pero apenas se lo ve un poco preocupado. Más aún: una vez culminadas las situaciones estresantes puede beber distendidamente una taza de café.
Eso en la práctica no es así: un accidente, una pérdida inesperada, un terremoto, producen una conmoción tan fuerte que puede modificar el tejido y el funcionamiento cerebral.
Para saber de estos cambios corporales post-traumáticos se recurre por ejemplo a ecografías, electroencefalogramas, tomografías y resonancias magnéticas, entre otros.
En los hechos, existe una relación entre lo que percibimos y nuestras emociones y además existen repercusiones orgánicas provocadas por nuestras emociones.
Si una percepción traumática nos produce cambios corporales perjudiciales, podemos entender por qué el tratamiento psicoanalítico -que es un fenómeno inverso a una percepción traumática-, no solamente logra mejorías sino que también produce curaciones.
Una terapia genera emociones curativas al poner en juego el vínculo afectuoso con un semejante para cicatrizar heridas cerebrales y restablecer fenómenos neuro-químicos alterados.
●●●
12 comentarios:
Nadie puede imaginarse lo que significa para cualquiera llegar a su casa y encontrar todo desordenado porque los cacos buscaron qué llevarse. Nunca más podré olvidarlo.
No es fácil creerse que las palabras pueden modificar las neuronas.
Averiguaré!!!
Es posible que el vínculo afectivo ayude a cicatrizar heridas, pero el AMOR es la mejor medicina.
Pude comprobar "in situ" que los problemas te sacan canas.
Yo voto a Diana!!
Después de las inundaciones la materia gris me quedó incolora, insípida e inodora.
El agua bendita también provoca emociones curativas.
Algunos psicoanalistas no sólo logran desmejorías sino que también producen aberraciones.
La curación por medio de la palabra permite que los fenómenos neuroquímicos se reparen de una manera personal, en la medida justa y sin que medien agresiones externas.
Nunca dejan de asombrarme las enormes diferencias entre un individuo y otro al percibir la realidad externa.
Primero mi padre y luego mi marido, murieron en forma prematura. Desde entonces no he podido volver a formar pareja. Creo que me animaré a provar con el psicoanálisis.
A mí el estrés post-traumático me viene diferido.
Publicar un comentario