viernes, 10 de julio de 2009

¿Quién fue?

Todos tenemos asco. Esta sensación de rechazo enérgico no la traemos de nacimiento. Lo que sí poseemos es la potencialidad de desarrollar un sentimiento de ese tipo. Nuestra educación nos predispone a repeler aquello que la cultura entiende que puede hacernos daño.

Las personas que nos educan nos inculcan el asco que ellas tienen instalado en sus mentes y así el fenómeno se trasmite de generación en generación.

Pero también desarrollamos ese rechazo como una forma de ser amados por nuestro grupo de pertenencia. Uno de los puntos de unión entre los seres queridos es coincidir con ellos en qué es asqueroso y qué no lo es.

Es muy poco probable que tengamos ese rechazo sobre aspectos propios. Nuestros olores más impopulares suelen ser bien tolerados por nosotros mismos.

Un deseo inconsciente (y por tanto desconocido) es que los demás tampoco repelan algo nuestro. Nos gustaría que esa tolerancia que tenemos hacia nosotros mismo también la tuvieran otras personas. En general las madres suelen higienizar a sus hijos pequeños sin sentir un rechazo que las inhiba. Pero esto dura poco tiempo.

Como resulta poco probable (o imposible) encontrar a un semejante capaz de aceptarnos de manera tan incondicional, entonces entran en nuestras vidas las mascotas porque ellas nos aceptan sin sentir asco por nada.

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14 comentarios:

Daniela dijo...

El tema no es muy agradable que digamos. Yo sufro mucho del asco aunque a veces me veo haciendo cosas (en la actividad sexual más concretamente) que parecen olvidarse de el rechazo.

Lorena dijo...

Soy obsesiva por la higiene, percibo todos los olores, me gustan los perfumes.
Sin embargo no sufro demasiado del asco.

Ana Laura dijo...

No tolero el olor de quienes no se bañan, en cambio tolero el olor a perro.

Silvia Radechi dijo...

Tengo muchos ascos, sin embargo con mi pareja la aceptación es total, los límites son los mismos que tengo para con mis cosas asquerosas.

Rosana dijo...

Adoro a mi perro. Igual no lo soporto cuando se pasa de olor.

Samantha dijo...

En la actividad sexual hay prácticas que confirman una aceptación total del otro. No entiendo porque luego se las invoca como insultos (lame pijas, chupa culo!)-Perdón por ser tan específica-

Grafito Paredes dijo...

Creo que la cultura es un poco hipocondríaca.

Irene dijo...

Para mí que los niños ya traen el asco de nacimiento. ¿Nunca vieron la cara que ponen los bebés cuando prueban su primera papilla?

Aníbal Blengio dijo...

Lo que dice Irene me hace pensar que los humanos nos defendemos instintivamente de lo nuevo, usando la barrera del asco, además de otros mecanismos, por supuesto.

Guzmán dijo...

En verano los mosquitos deben sentirse repelidos.

Justiniano dijo...

Mi grupo de pertenencia entiende que las bananas deben pelarse con cuchillo y tenedor. ¡Tienen un asqueroso sentido de lo práctico!

la mascota dijo...

Eso dicen ustedes porque no entienden nuestro idioma.

Pandora dijo...

Tu lo has escrito con ese maravilloso teclado doctorcito! Quiero que me acepten como soy, que incluye no estar siempre vestida de fiesta, con tacones y fragancias importadas.(tampoco desaseada si?)

Caro dijo...

Estoy segura de que si yo no fuera (y pareciera) hiper-pulcra, no tendría tanto éxito como el que tengo.

Un amante casual me dijo días pasados en un momento de intimidad extrema que entre los demás crompañeros de trabajo se dice de mi que se animarían a besarme la vulva a cualquier hora del día.