martes, 14 de julio de 2009

La domesticación de los instintos

Vivir no es fácil y así debe ser porque el fenómeno químico llamado «vida» depende de los permanentes cambios del organismo que transitoriamente (porque todos son mortales) la sustenta.

Ésta sería una explicación de por qué sentimos dolor que nos estimula a buscar alivio. Tenemos dolor por el hambre y buscamos comida para calmar el hambre.

En varios artículos (1) he estado comentando recientemente que padecemos una contrariedad entre el egoísmo que nos exige el instinto de conservación y el altruismo que nos exige la sociedad en la que vivimos.

Pero las molestias de la cultura no paran ahí. Son muchas más pero sólo me referiré a dos de ellas.

Una se refiere a la heterosexualidad: se nos ha dicho que tenemos que ser heterosexuales y que no debemos ser ni homosexuales ni bisexuales.

Hasta donde he podido apreciar, nuestra especie al menos (y quizás otras pero carezco de información) es de ejemplares bisexuales. Ambos géneros deseamos sexualmente a hombres y mujeres aunque una mayoría de personas deseamos más al sexo opuesto.

Otra se refiere a la monogamia: se nos ha dicho que tenemos que formar parejas con una sola persona con exclusión de todas las demás.

Hasta donde he podido apreciar, nuestra especie al menos (y seguramente casi todas las demás hasta donde sé) es de ejemplares polígamos.

Estas tres condiciones culturales (altruismo, heterosexualidad y monogamia) son necesarias para la organización de nuestras colectividades pero es conveniente saber que las aspiraciones que se le oponen (egoísmo, bisexualidad y poligamia) no son defectos de quienes las tienen sino simple emergencia de lo que es nuestra condición humana.

La imagen evoca el arte taurino como alegoría en la cual el ser humano intenta matar a su instinto (representado por el toro) con elegancia.


(1) Yo y tu y Mi amigo el policía

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18 comentarios:

Luis Carlos Pardo dijo...

Y qué puede opinar de la fiesta de San Fermín en Pamplona?

Graciana Figueiras dijo...

Ahora entiendo tanta barbarie!!

Lorenzo dijo...

Siempre puede encontrarse una justificación de lo que se hace.

Diana dijo...

En vez de matar al instinto lo fortalece.

Catula dijo...

Ya le dije que no quiero que me repita las fotos!

Paty dijo...

Tiene razón pero no me gusta.

Magdalena dijo...

No creo que a los toros les paresca muy elegante esa manera de matar al instinto.

Carolina Rotuondo dijo...

Ya tiene varias palabras mágicas como para formar partidos políticos:
Eros: altruísmo, heterosexualidad y monogamia.
Thannatos: egoísmo, bisexualidad y poligamia.
JUP: tradición, familia y propiedad.
(me entusiasmé)

Lavosier dijo...

Y sí! la vida es un fenómeno químico que depende de los permanentes cambios químicos.

Yoel dijo...

La fiesta de San Fermín nos deja una moraleja: a veces el instinto mata.

Leo dijo...

Con mi mujer seguimos el modelo de las abejas. Yo soy el zángano y ella es la reina.

Mª Eugenia dijo...

¿Cuál es la explicación de parir con dolor?

Marta dijo...

Mi esposo es una persona muy humana.

Soledad dijo...

Es raro: yo estoy en desacuerdo con las toreadas pero sin embargo no creo que sea bueno dejarse llevar por los instintos.

Libertad Solaris dijo...

Yo era la niña que menos gustaba de prestar su juguetes. En mi familia se creó la leyenda de que soy egoísta, sin embargo he sido la que ha tenido más logros personales y ahora me divierto un poquito cuando aquellos que me condenaban vienen a pedirme algún favor.

Etelvina Queirolo Cabrera dijo...

Puedo controlar fácilmente mis deseos de poligamia pero coincido con usted que tengo fantasía que me gustaría realizan con varios hombres y también alguna mujercita muy callada que anda a mi alrededor.

Fernando dijo...

Les doy mi valiosa (jaaa) explicación sobre las corridas de toros:

Los humanos nos creemos que somos la especie superior (como lo pensaría Hitler: muy buen apunte en su otro blog) pero como en el fondo nos damos cuenta que esa superioridad no es tan convincente, entonces hacemos permanentes pruebas para ver si es cierto: Corridas, pesca, caza.

Él dijo...

Usted me confirma que mi rechazo foribundo a los homosexuales no es más que una forma de negar que a mi me gustaría practicar alguna fellatio.