jueves, 9 de julio de 2009

La seriedad del chiste

Cuando tenía 12 años retiré de una biblioteca pública un libro titulado “El chiste y su relación con el inconsciente” de Sigmund Freud (1856 - 1939).

Me imaginé riéndome a carcajadas pero luego de leerlo tuve que aceptar que los chistes eran muy tontos y que el autor hablaba de una cantidad de cosas casi incomprensibles para mí.

Casualmente luego me convertí en psicólogo y Freud es a quien más he leído. Es admirable su estilo literario, la inteligencia para definir situaciones y personalidades, sin olvidar la fantástica creatividad para proponer hipótesis sobre por qué somos como somos. ¡Un genio!

Groucho Marx (1890 - 1977) (imagen) dijo: "No deseo pertenecer a ningún club que acepte como socio a alguien como yo".

El humor contenido en esta frase surge del enredo conceptual (no me haría socio en un lugar que me acepte) y surge de algo que dijo Freud en aquel libro que leí por equivocación.

Un chiste hace reír porque provoca una liberación de ideas inconscientes. Equivale a una pequeña transgresión, se parece a una mini-fuga de pensamientos reprimidos. Quizá sea como una «salida transitoria» para alguien encarcelado y el chistoso genera simpatía por la satisfacción que nos provee.

El psicoanálisis produce un efecto similar pero no hace reír porque esa descompresión (liberación de contenidos reprimidos) se produce en forma paulatina. El chiste hace reír porque produce una liberación repentina, veloz, sorprendente.

El contenido que se libera con el chiste de G. Marx es que inconscientemente no nos aceptamos tanto como creemos hacerlo conscientemente.

●●●

11 comentarios:

Leonardo dijo...

Es evidente que vivo liberándome, me gusta hacer y escuchar chistes! y lo prefiero al psicoanalizarme.

Silvana Andrade dijo...

He leído cosas de él y aunque el estilo es antiguo, igual me parece mucho mejor que otros de su época.

Marta dijo...

Veo esa foto de G. Marx y me parece tan jovencito! Recuerdo que cuando yo era jovencita el me parecía un señor maduro. Todo es una cuestión de perspectivas. ¿A partir de qué momento comenzaré a percibirme vieja?

Rodrigo dijo...

Por eso los cuetes hacen reír. Son el resultado de una descompresión repentina.

Camila Sanseviero dijo...

Me parece que las mujeres nos aceptamos menos todavía que los hombres. Nos preocupa demasiado la juventud y la belleza. No está claro si es para competir por los mejores hombres o para competir entre nosotras mismas. O por las dos cosas.

Rubén dijo...

Mas bien yo diría que el chiste se parece a una mini-falda. Ud mismo lo dice: "equivale a una pequeña transgresión y provoca una liberación de ideas inconscientes"

Guzmán Lorente dijo...

Me gusta la gente chistosa. Siempre me llamaron mucho la atención las personas que consideran a los bromistas con desprecio, calificándolos de payasos.

Henry Ey dijo...

El psicoanálisis sería como una lenta e insidiosa pérdida de gas.

el recluso dijo...

Estoy castigado. Me prohibieron las salidas transitorias. Probaré leyendo sus blogs.

Anónimo dijo...

A Freud le hubiese gustado ser escritor. Yo soy escritor pero me habría gustado ser cantor. Nadie está conforme con lo que le tocó.

Osvaldo Rustiko dijo...

Los chistes serios no me caben.
Nada mejor para reírse que una mala palabra.