domingo, 19 de julio de 2009

La siesta inolvidable

Nieta — Estoy aburrida abuelo. ¿Qué puedo hacer?

Abuelo
— Tendrías que estar durmiendo la siesta. Las niñas buenas después de comer, duermen un ratito.

Nieta — Para mí que las niñas buenas son las niñas tontas. Cuéntame alguna historia.

Abuelo — Está bien, trataré de recordar alguna linda historia para contarte.

Nieta — Con mucha acción, que pasen cosas interesantes. A ver si puedes, eh?

Abuelo — Un jovencito acababa de terminar sus estudios y volvía a la casa de sus padres. Se bajó de un carro tirado por cuatro caballos y le preguntó al dueño de un bote si podría cruzarlo a la otra orilla para continuar su viaje.

Éste le dijo que sí, arreglaron el precio, subió al bote y comenzaron el viaje.

En cierto momento cruzó el cielo una bandada de patos con gran bullicio: cuá-cuá-cuá gritaban todos a la vez.

— ¿Sabes algo de la vida de las aves? — le preguntó al botero.

— No —respondió el chico.

— Entonces te has perdido la cuarta parte de tu existencia — le dijo el engreído estudiante.

Más adelante pasaron por unas plantas acuáticas y le hizo una pregunta similar referida a la botánica recibiendo la misma respuesta del humilde remero.

— Entonces te has perdido la mitad de tu vida — le aseguró al muchacho.

— ¿Y qué sabes del agua? ¿Sabes algo acaso? — insistió con arrogancia pero con idénticos resultados. — Entonces llevas perdidas las tres cuartas partes de tu vida — le insistió al paciente botero.

Cuando iban por la mitad del recorrido el bote comenzó a hundirse y el muchacho le preguntó a su pasajero: — ¿Sabes nadar? Pero el vanidoso estudiante enmudeció aterrorizado y el muchacho le dijo: — Entonces te has perdido toda la vida.

¿Te gustó?

Nieta — No. ¿Por qué se asustó tanto? ¿No podía llamar a alguien con el celular? ¿No podía usar los remos como flotadores? ¿El botero no podía ayudarlo? ¿Sería tan hondo el río?

Abuelo
— ¿Estás segura que no quieres dormir la siesta?

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12 comentarios:

Aristóteles Sócrates Platón dijo...

El aburrimiento constituye la mitad de los malestares de la existencia.

Isabel dijo...

El cuento que le hizo a la nieta parece hindú o chino.

Sarita dijo...

Me parece muy adecuado que el abuelo le haga cuentos con moraleja a su nieta. Así se transmite el saber y la experiencia acumulada de generación en generación. Además es una instancia en que los niños pueden dialogar y reflexionar con sus mayores. Si será importante que una niñita aprenda que a veces tenemos que esperar un poco, pero que al final podemos vengarnos!

la otra nieta dijo...

¿Era la primera vez que cruzaba en bote? ¿Las otras veces cómo había cruzado? ¿El muchacho era un estudiante de zoología?

el abuelo dijo...

En mi niñez odiaba las siestas; ahora vivo añorándolas, y todo por qué. Sé la respuesta así que se los diré: soy viejo, no tengo un mundo por descubrir, para descubrir algo debo hacer un gran esfuerzo, el trabajo me hizo olvidar cómo usar el tiempo libre, desaprendí aquello de jugar, ya no tengo una barra de amigos, gasto mucha energía preocupándome y me canso bastante rápido.

Numancia dijo...

Estaba visto que el bote se iba a hundir. Sólo a un estudiante que vive en las nubes se le ocurre cruzar en el bote al carro y los caballos.

Mirna Retaliativ dijo...

Eso es! los arrogantes deberían hundirse ahogados en su vanidad!

el nieto dijo...

Ese estudiante no sabía nada de fracciones. Según él, el botero ya había perdido las 3/4 partes de su vida por no saber de aves ni de botánica ¿de dónde le quedaba resto para perder 3/4 más por no saber nada del agua?

la abuela dijo...

El estudiante enmudeció, pero no hay ninguna prueba de que no supiera nadar. Esa es una deducción que queda implícita. Yo creo que ese chico, tan amante de la vida y la naturaleza se salvó. Había enmudecido porque estaba pensando qué hacer.

Estela Reboledo dijo...

Seguramente el botero sabía de las aves, las plantas y el río, mucho más de lo que suponía.

Yoel dijo...

Ese día el abuelo no estaba para contestar preguntas.

Orosmán dijo...

Qué raro...a mí la ignorancia me prolongó la vida.