domingo, 12 de julio de 2009

Cambio de vida

Éramos compañeros de trabajo cuando en cierto momento me enteré que yo tenía un sentimiento diferente hacia ella. Comencé a escuchar lo que decía con otro significado, como si su voz fuera en relieve y la del resto un dibujo plano.

Tenía muy buen gusto para vestirse y casi todo el dinero que ganaba lo invertía en ropa, calzado, accesorios, perfumes, tratamientos de belleza, gimnasia.

No era la más linda pero a mi me había modificado la clásica estabilidad emocional que me permitía ser un democrático amigo de todas.

Un viernes a última hora recibió una llamada por teléfono que la dejó muy contrariada; estaba furiosa en su escritorio. Yo la miraba tratando de adivinar qué le estaría pasando.

Repentinamente se puso de pie y se dirigió derecho a mi escritorio petrificándome.

— ¿Tenés planes para esta noche? — me dijo con el mismo tono que me hubiera dicho «te compro el auto».

— Aún no — y creo que no me tembló la voz aunque imaginé que me invitaría a visitar alguno de esos lugares de fantasía sobre los que contaba maravillas todos los lunes.

Ese fue el comienzo de mi fascinación, luego nos casamos, vinieron los hijos, las dificultades y todo aquel glamour que me sedujo se fue desmoronando.

Ocupé un cómodo cuarto lugar en su atención, precedido por nuestros dos hijos y sus padres a los que siguió cuidando más que a mí.

La conocí despeinada y sin maquillaje. Nuestra casa estuvo mucho tiempo con un desorden caótico, hubieron muchas cenas desabridas pero muchas más con friambre, pan y café con leche.

Por algún motivo cada vez la quería más pero hoy todo pasó porque hace más de tres años que murió repentinamente dejándome destrozado.

Por suerte me salvé de continuar con un duelo enfermizo. Un día me desperté convencido de que ella y mi vida son una misma cosa. A las dos las amo sin pretensiones, como estén, como puedan, como se presenten.

Pero lo mejor es que a las dos las tendré hasta que me muera.

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15 comentarios:

Mónica García dijo...

Buena historia con receta filosófica que nunca está de más.

Leonor dijo...

Es tierna la historia pero la preferiría más lenta, no tan que las cosas pasan de a zancadas largas, pero bueno, sobre gustos no?

Ana Luisa dijo...

Es una interesante historia, sobre todo porque muestra qué hacer para que el marido la quiera y valore a una.

Guyunusa dijo...

No debería suceder que las dificultades, los hijos, la convivencia, fuesen los motivos que le quitaran brillo a una relación.
Superar dificultades juntos, tener hijos en común, conocer al otro en su realidad...todo eso debería ser lo que consolidara a una pareja. Si bien en su historia no son esos los motivos que llevan a la separación, sino que es la muerte, y con el agregado de que el personaje confieza que "cada vez la quería más"...no sé, hay algo que no termino de entender en el planteo.

Mariela Blum dijo...

Muy bella historia, aunque una se enoja con el personaje femenino. Es imperdonable que teniendo un compañero adorable, lo dejase en
4º lugar, le ofreciera tantas cenas desabridas y que encima haya descuidado su coquetería.

Estela Zapicán dijo...

No sé Mariela, habría que ver cómo era en realidad el marido.

Rosaura dijo...

¿Por qué no cocinaba él cuando ella no tenía ganas o estaba cansada?

CHECHU dijo...

YO NO PRETENDO QUE ME CUIDEN NI QUIERO CUIDAR A NADIE

Leonardo dijo...

La culpa la tenemos los hombres por dejarnos seducir por algo tan esfímero como el glamour.

ella desde el más allá dijo...

¡Cómo que no era la más linda!!

Damián dijo...

Nunca me dejo seducir por las cosas eSfímeras de la vida. Me enloquece todo lo efímero.

de nuevo ella desde el más allá dijo...

Yo me mataba limpiando y ordenando y él no cuidaba nada!
Además no te pienses que cuando te mueras te vas a librar de mí.

Óscar dijo...

Por lo que veo esa mujer era insoportable. Ud se merece un monumento a la veneración venérea.

Julieta dijo...

"A LAS DOS (se refiere a ella y a su vida) LAS AMO SIN PRETENSIONES, COMO ESTÉN, COMO PUEDAN, COMO SE PRESENTEN".

estoy derretida, arruiné el teclado

Davito dijo...

Yo tamb me case con una cra de trabajo pero tuve mucho menos suerte.