La Gripe A (H1N1) de 2009 es una pandemia (es decir, una enfermedad presente en varias zonas geográficas) que nos tiene muy preocupados y que quizá cuando usted esté leyendo este artículo ya ni recuerde de qué se trataba.
Los virus son microorganismos que a veces nos complican la vida y contra los que la ciencia no ha tenido muchos éxitos.
Son muy temibles aunque si pudiéramos analizar su existencia con mayor serenidad nos daríamos cuenta que los automóviles son infinitamente más peligrosos.
Ciertos proveedores de informática han sido muy hábiles denominando «virus» a esos archivos que alteran el funcionamiento de nuestra computadora. Si los hubieran llamado de otra forma menos dramática, se habrían vendido más computadoras, más personas aprovecharían de sus ventajas como medio de comunicación, pero seguramente los proveedores de antivirus no tendrían tantas ganancias.
El miedo es una sensación que abre billeteras y enloquece a las tarjetas de crédito.
Si bien es cierto que la mayoría de nuestras compras extraordinarias terminan decidiéndose por impulsos bastante irracionales, el miedo agrega una dosis de irracionalidad que aumenta el descontrol.
Una gran cantidad de dinero circula porque hay personas que creen disminuir las amenazas (reales o imaginarias) que padecen.
Lo real es que estar vivos es la condición necesaria y suficiente para que estemos expuestos a riesgos, peligros, amenazas y daños de todo tipo.
Como no podemos aceptar que sea justamente la vida la principal causa de nuestro miedo (es decir, no podemos aceptar que «tenemos miedo a vivir»), entonces desplazamos nuestros miedos a otros factores, elevándolos a la categoría de verdaderos peligros (Gripe A, delincuentes, drogas).
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9 comentarios:
Mientras leo este artículo tengo fiebre y dolor de cabeza...y ganas de no leer más.
Antes yo pensaba que eran muy pocas las muertes que desencadenaba la gripe estacional.
Creo que las personas que se aferran al miedo buscan una excusa para transcurrir, ivernar, dejar pasar el rato sin ocuparse de sus verdaderas dificultades.
Conozco gente que por las dudas compró medicamentos que ahora están escaseando para la gente que realmente los precisa.
Cuando las tarjetas de crédito se vuelven locas, andan siempre metidas en los bolsillos.
Tiene razón, los autos, las motos, son mucho más peligrosos que la gripe A y sin embargo ¿quién no quiere tener su propio medio de transporte?
Me quedé pensando en lo que dijo Saúl y creo que le tememos a la enfermedad pero no tanto a los accidentes, porque suponemos que nunca nos van a suceder. Lo curioso es que en realidad, enfermarse tiene mucho de accidental.
Es extraño, vivir nos da miedo y morir también.
Deberíamos aceptar que el miedo es una parte esencial de lo que somos.
Tenemos miedo a todo lo desconocido.
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