Es cierto que muchas personas temen (¿tememos?) concurrir al médico por pudor, porque mostrar en un lugar discreto el cuerpo a una persona desconocida dispara ciertas fantasías sexuales más preocupantes del lado del paciente que del lado del médico.
Los pacientes solemos padecer algunas ideas que al médico quizá ni se le ocurran y eso es lo grave. Parte de nuestras preocupaciones morales por la desnudez en la consulta surge de que desearíamos ser deseados por ese importante personaje. No querríamos que valore a nuestro amado cuerpo como si fuera uno más.
Sin embargo la causa consciente de nuestro temor también es verdadera: el médico puede descubrir alguna falla en nuestra salud que comience a preocuparnos a partir de que él nos la comunique.
Con todo sigue siendo más fácil desnudarse delante de un desconocido que hablarle a un desconocido que se nos presenta como psicólogo.
Lo grave de esta segunda situación consiste en que esta persona nos va a escuchar.
Aunque es lógico pensar que todos hablamos para que se nos escuche, sin embargo es menos preocupante cuando nuestro auditorio nos presta una atención superficial.
El psicólogo —por suerte y por desgracia— nos presta atención, nos escucha atentamente, probablemente perciba la desnudez de nuestro deseo, de nuestras aspiraciones, de nuestros tabúes, preferencias, sentimientos, intenciones, estrategias, secretos, verdades inconfesables (homosexualidad, venganza, odio, amores prohibidos, perversiones).
Si bien es absolutamente imposible que podamos decir algo que no sea propio de un ser humano, en nuestra fantasía tenemos el temor de ser demasiado monstruosos, degenerados, transgresores, pecadores imperdonables, delincuentes.
En todo el artículo está presente un sólo tema con sus derivaciones: las fantasías.
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12 comentarios:
La creencia que tengo yo (que ya tendría que haber ido al psicólogo hace años!), es que mi vida pende de un gran secreto y que si algún día lo descubro, todo yo caeré en un precipio y moriré.
Este título me hace pensar en una frase más barroca: "Desvístete y cállate".
No me gusta mostrar mi cuerpo desnudo porque es feo. Por otra parte, con mis fantasías me llevo muy bien.
Rubén, qué frases más barrocas y tiernas dices!
No sé si el médico descubrirá fallas en mi salud. Lo que es seguro, es que descubrirá todo lo que soy capaz de esconder bajo la ropa.
¡¿Dónde están los médicos esos que ud dice que me van a escuchar?!
Mi fantasía es que el psicólogo se recontra aburre conmigo.
Sé que no soy monstruosa, ni degenerada, ni delincuente, ni transgresora. Mis pecados son acordes a la sociedad en la que vivo.
Acabo de descubrir que me llevo bien con mi madre porque ella me presta una atención muy superficial.
Somos muchos y muchas los que nos desnudamos sin problemas ante desconocidos en la playa. Incluso nos gusta ir en barra, con todos los amigos que no son psicólogos.
Con una mano en el corazón: ¿de verdad le parece que los psicólogos sean capaces de percibir tantas cosas?
Si puedo ver qué hay debajo del reloj me leo todo el artículo.
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