Es probable que el mal carácter femenino sea causado generalmente cuando no pueden expresar su instinto maternal libremente.
Para que una mentira sea próspera debe contener algo de verdad y, de modo semejante, para que un insulto cumpla su innoble propósito de ofender, también debe contener algo de verdad.
En otras palabras, la verdad es un ingrediente necesario para que las mentiras y los insultos resulten eficazmente creíbles.
Alcanza con que la verdad participe en una pequeña dosis pues, como les he comentado otras veces (1), nuestro cerebro produce «metonimias», esto es, que se desorienta rápidamente creyendo
— que una parte es igual al todo («tiene muchas cabezas de ganado» para significar, «tiene muchos vacunos»), o suponiendo
— que la causa es igual al efecto («ganarse el pan» para significar «ganarse el dinero suficiente para alimentarse»); o confundiendo
— que el contenido es igual al continente («tomar una copa de vino» para significar «tomar el vino contenido en una copa»), y así por el estilo.
Algunas veces anteriores he reflexionado sobre el insulto (2), pero desde un punto de vista diferente al que comentaré ahora.
Al menos en los pueblos rioplatenses, es enojoso que alguien le diga a una mujer que está «mal cogida».
La circunstancia propicia para que aparezca este diagnóstico silvestre se corresponde con un estallido de mal carácter de la ofendida.
En principio parece que se trata simplemente de una sobrevaloración del varón, de su pene capaz de dulcificar cualquier frustración femenina, como si ese órgano fuera una varita mágica que da serenidad a cualquier mujer indignada.
Algo de cierto hay en esto pero indirectamente.
Si aceptamos que las mujeres desean instintivamente ser madres (3) siempre y cuando tengan la ayuda y los recursos suficientes, es verosímil que una mujer frustrada (irritable) se calmaría si pudiera tramitar su instinto maternal libremente.
(1) Las noticias de nuestra infancia – 3
«Hoy comienzan mis éxitos»
La felicidad tiene que ser breve
(2) El insulto provoca autoagresión
(3) Blog con artículos sobre nuestra Única misión de conservar la especie.
●●●
16 comentarios:
El mal carácter masculino se puede deber a su imposibilidad de fecundar. La vieja neurastenia de la que hablaba Freud.
La maternidad tendría que ser así: las mujeres deberían poner pequeños huevos, no más grandes que los de una gallina (cosa de no parir con dolor ni de que haya complicaciones en el parto). Inmediatamente esos huevos deberían abrirse (nada de empollarlos corriendo el riesgo de que se rompan) y así nacer pequeños, fuertes y dulces niños, que no se ataquen de la panza, ni del oído, ni mucho menos de enfermedades complicadas. Que duerman 8hs de corrido desde el primer día y tengan una tendencia natural al respeto y el buen trato.
Es cierto... algo de dulcificador tiene el pene...
Maternidad frustrada
es la de las madres
desbordadas.
Para que una mentira sea próspera, debe trabajar en el boca a boca.
Las mujeres del s. XIX, esas que pintaba Blanes, irradiaban una gran compustura. Claro, ellas no bajaban de quince hijos; alrededor de uno por año.
Ahora hay un movimiento de indignados que andan acampando en las plazas del mundo y protestando en contra de los Bancos.
(en las carpas, la intimidad se te corta)
Yo tomo una copa de vino, pero siempre bebo refresco. Hay que joderse!
Las mujeres necesitan satisfacer más su instinto maternal o su instinto sexual?
A mí me parece, Euge, que el instinto sexual se despierta más a menudo.
Son tantas y tan diversas las cosas que ponen a un humano del mal humor... Pero es posible que haya malos humores secundarios, es decir, malos humores que nunca aparecerían si algunos asuntos importantes estuviesen en orden. Vale decir: tener un sostén afectivo, ganar el dinero suficiente, contar con buenos grados de salud, tener el tiempo y la capacidad de disfrutar,ya sea el sexo, como el cine, los bailes, etc, poder desarrollar la vocación, trabajar en un ambiente agradable, tener un lugar para dormir, cumplir de manera adecuada los roles que se nos exigen socialmente.
Javier, creo que con los asuntos fundamentales cubriste todos los aspectos de la vida. En otras palabras, para evitar el mal humor hay que ser un fenómeno.
Sí, lo que pasa es que el humor, el carácter, no puede ser bueno ni estable si las cosas te ruedan mal. Mi abuela decía "al mal tiempo buena cara", pero no es tan fácil...
De acuerdo al planteo de Javier, tenemos que asumir dos cosas: que estamos rodeados de santos, y que nosotros mismos estamos dotados de altos grados de santidad.
Porque ni yo mismo, ni la mayor parte de la gente que me rodea tiene esas condiciones de vida espectaculares, y a decir verdad, son, y somos, bastante amables.
Tiene muchas cabezas de ganado puede significar que es un rico, y que es envidiado, y que contra él se desatará la furia de la peonada! (?????)
Siempre hay un roto para un descosido. Ninguna mujer debería andar por la vida mal cogida.
Ay! si pudiera ayudarlas... saben, yo soy tan solidario ;)
Publicar un comentario