sábado, 15 de octubre de 2011

Celos por escasa sensación de identidad

Todo vínculo con otro es exclusivo porque todos somos diferentes. «Si yo soy único, todo vínculo integrado por mí, también lo será».

Una abrumadora mayoría de personas padecen de celos, es decir, exigen que el otro los ame exclusivamente a ellos y no amen a ninguna otra persona.

Esta pretensión es muy ambiciosa y fuente inagotable de conflictos, riñas, lágrimas.

El tema me interesa tanto que este no es ni el primero ni el último artículo dedicado al asunto (1).

Es probable (aunque no seguro) que existan formas de pensar el vínculo que disminuyan estos padecimientos, siempre y cuando quieran ser evitados, porque en el ser humano no podemos descartar la posibilidad de que alguien quiera padecer celos, sufrir la soledad o preferir una pobre calidad de vida.

El comentario de hoy está dirigido a quienes desearían no padecer (tan fuertemente al menos) celos por su ser amados.

La idea consiste en entender que este mortificante sentimiento se produce cuando nuestra psiquis depende de esa relación exclusiva para recién entonces tener la sensación de que existe y posee una identidad única, es decir, que posee nombre, personalidad, número de documento, aspecto físico, reconocidos por la sociedad.

En estas configuraciones mentales es el amor exclusivo del cónyuge lo único que aporta esa certeza. El amante celoso teme la infidelidad porque su identidad depende del amor exclusivo del otro.

Cuando alguien accede a entender que todo vínculo es exclusivo porque todos somos seres singulares, entonces sentirá que el vínculo que tiene con su ser amado es exclusivo simplemente porque está integrado por él mismo (el celoso).

Y al revés, mientras no reconozca que es único, que posee valores propios que lo hacen diferente al resto de los humanos, seguirá dependiendo de que su pareja le aporte esa identidad que le está faltando.

(1) Placeres y frustraciones en equipo
El amor fuerte como el aire
Amor sin barreras

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11 comentarios:

Verónica dijo...

Más que sensación de identidad, para mí sería aceptación de la propia identidad. Cuando alguien te elige en exclusividad, está diciéndote que te acepta y quiere tal como sos.

Eva dijo...

Las relaciones que establecemos con todo el mundo son exclusivas. Con cada persona establecemos una relación exclusiva, y eso no es garantía de que esa persona nos importe.

Hugo dijo...

Entonces lo que plantea Eva es que la monogamía nos garantiza que le importemos a nuestra pareja. No me parece...

Efraín dijo...

Lo que pide el celoso no es que no se pueda amar a otra persona, sino que el vínculo de pareja sea exclusivo. Después que ame a sus amigos, sus parientes y todo lo que quiera.

Daniela dijo...

No quiero ser una exclusiva mas.

Andrés dijo...

Dentro de todo, padecer celos significa suponer que alguien te quiere. Por qué uno se va a poner celoso de alguien que no nos quiere?

Leonardo dijo...

Sí se puede tener celos de alguien que no te quiere. Yo me acuerdo que estaba celosísimo de un amigo, porque la chica que a mí me gustaba, gustaba de él.

Chapita dijo...

Por qué voy a pensar que no existo?
Yo me veo envejecer.

Sebastián dijo...

Amar a otro no es malo. Al contrario cuanto más personas uno logre ser capaz de amar, mucho mejor. Mejor para ser feliz y para hacer felices a otros. Lo malo es decir que se ama a uno, cuando en realidad, en ocultamiento, se ama a varios.
Lo que quiero decir es que si la pareja se pone de acuerdo, no hay problema.

Ma. Eugenia dijo...

Y por qué los celos son inevitables? Porque eliminarlos por completo no parece posible.

Yoel dijo...

La identidad muchas veces nos la da la pertenencia. En la medida que pertenecemos a alguien o algo, configuramos nuestra identidad. Por eso el ostracismo (exilio) es un castigo tan importante. Se le obliga a la persona a dejar su tierra, sus vínculos, sus lugares de pertenencia, y por tanto su identidad se ve seriamente afectada. Es como dice una canción que habla de un uruguayo en México, que estando allá quemaba los asados.
Lo que me pregunto es si tenemos que ir en contra de eso. O mas bien, si podemos ir en contra de eso. Porque parece imposible separar el sentido de la identidad, del sentimiento de pertenencia.