sábado, 29 de octubre de 2011

La frustración como objetivo sexual

Aunque suena paradójico, algunos gozan del placer sexual satisfaciéndolo mientras otros lo gozan frustrándolo después de haberlo estimulado eficazmente.

A pesar de mi indisimulada aversión a los libros y a cualquier otra forma de pensamiento estático, estancado, definitivo y concluyente, hago una excepción con el diccionario, que si bien padece esos vicios de «fijedad», se corresponde bastante bien con el uso del idioma que hacemos para comunicarnos.

En este caso quiero dejarles un comentario sobre el verbo «joder», el que, según la Real Academia Española (*) tiene los siguientes significados:

joder.
(Del lat. futuĕre).
1. intr. malson. Practicar el coito. U. t. c. tr.
2. tr. Molestar, fastidiar. U. t. c. intr. y c. prnl.
3. tr. Destrozar, arruinar, echar a perder. U. t. c. prnl.
joder.
1. interj. U. para expresar enfado, irritación, asombro, etc.

Una expresión campera rioplatense, dice: «Joder es muy lindo, pero mucho más lindo es dejarse de joder [no seguir molestando]».

Si tomamos en cuenta que «joder» significa «fornicar», nos encontramos con que la acción fundamental para cumplir la única misión (1) de cualquier ser vivo (conservar la especie), está asociada lingüísticamente a una molestia.

Las incomparables sensaciones voluptuosas con las que la naturaleza nos paga (2) nuestra tarea de conservar la especie se enfrentan (contradicen) a esta evocación de una molestia.

Aparece aquí una característica humana (quizá no compartida por ningún otro ser viviente), según la cual nuestro menú deseante incluye una atracción y un rechazo por la misma acción (fornicar).

Corresponde entonces tener en cuenta estas evidencias para no olvidar que los humanos gozamos con el placer y con la frustración del placer.

No deberíamos sorprendernos que una actitud seductora, en la que cualquier desprevenido podría suponer que tiene por objetivo gozar sexualmente, en realidad tiene por objetivo gozar frustrando ese desenlace.


(*) Diccionario

(1) La única misión

(2) El orgasmo salarial

El grato oficio de fornicar

Las fantasías sexuales y el dinero

Menos orgasmos y menos salario

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11 comentarios:

Ma. Eugenia dijo...

Por qué será que la conducta de la que ud. habla, es más frecuente en las mujeres?

Filisbino dijo...

Parecería que convocar el goce para luego evitarlo, fuera una forma de darle satisfacción a dos mandatos provenientes de distintas esferas del psiquismo humano. Por un lado satisfacer el mandato del inconsciente que tiende a inclinarse hacia la búsqueda del placer; por otro lado, responder a un mandato social que pondera la sobriedad, la disciplina, la pobreza.

Estela dijo...

Ud habla de algo así como una anorexia sexual. Quienes padecen de anorexia nerviosa, frecuentemente gozan preparando comida, cocinando para los otros y absteniéndose de provar lo que han elaborado.

Andrés dijo...

Joder es tomarse la molestia de gozar.

Daniela dijo...

Los deseos personales, así como la incitación al deseo, son fáciles de ocultar. Mucho más difíciles de ocultar son los actos. Quizás no se salga del aperitivo, porque la cena está prohibida o es riesgosa.

Lucas dijo...

Esa hembra es mala.

Clarisa dijo...

Joder con alguien intrascendente puede terminar jodiendo una relación trascendente.

Raúl dijo...

Lo que dice Clarisa está fuera de tema. Acá no se habla del no, acá se está hablando del sí pero no.

Oriente dijo...

Cuando la palabra joder, va acompañada de cierto estilo soez (obseno, grosero, malsonante), evoca un ingrediente también obseno que puede estar presente en el sexo. Por ahí puede estar la explicación de los distintos significados del vocablo, por el lado de la connotación.

Francisco dijo...

No olvidemos que unas cuantas décadas atrás era costumbre usar el verbo molestar como sinónimo de tener sexo con el cónyuge. Sería frecuente oir "por suerte mi marido hace tiempo que no me molesta".

Graciana dijo...

A veces es como la disyuntiva de la babosa: o tiene casa o tiene sexo. Ella opta por el sexo.