sábado, 23 de febrero de 2013

Similitud entre resistir y combatir



 
El sentido común nos indica erróneamente que resistir y combatir son actitudes opuestas aunque, analizadas serenamente, podemos constatar cuánto se parecen.

Nunca oímos la expresión «hacer pérdidas». Más bien oímos «soportar pérdidas», con lo cual parece que perder siempre es una actitud pasiva en la que se pone en juego la resistencia más que la fuerza.

Ambas cualidades, (resistencia y fuerza), parecen opuestas, pero si prestamos más atención podríamos pensar que para vencer los obstáculos que nos impedirían seguir viviendo a veces necesitamos tener capacidad de aguantar y otras veces necesitamos tener capacidad de transformar la realidad por la fuerza.

Son tan parecidas que en muchos casos no sabemos si usar una u otra. Por ejemplo: ¿qué hacemos si la maestra de nuestro hijo demuestra una actitud agresiva para con él?

— Tratamos de rectificar su actitud hablándole?

— Denunciamos el hecho al superior jerárquico?

— Hablamos con los padres de todos los niños para formar un grupo de presión?

— Organizamos una asonada con abucheos, cartelería, bocinas y golpeteo de cacerolas, ante la casa de la maestra?

— Raptamos a la madre.

O, por el contrario, aplicando nuestra capacidad de resistencia:

— Instruimos a nuestro hijo para que lleve consigo un grabador de voz, permanentemente encendido, que registre las injurias de la maestra?

— Proveemos a nuestro hijo de un micrófono inalámbrico para monitorear la situación desde una  camioneta provista de antena parabólica, con personal preparado para disuadir a la educadora mostrándole sus armas de grueso calibre?

— Consultamos a un psiquíatra para que medique al pequeño con fármacos que le reequilibren cualquier inestabilidad emocional?

— Organizamos una fiesta en honor a la maestra, con discursos que deslicen indirectas sobre su actitud agresiva hacia nuestro pequeño?

— Cambiamos a nuestro hijo de colegio?

Como podemos ver en esta seria, concienzuda y científica descripción, es tan difícil resistir como combatir.

(Este es el Artículo Nº 1.818)

13 comentarios:

Eloísa dijo...

Creo que usted se refiere a que resistir o combatir puede volverse algo absurdo cuando se pasa de ciertos parámetros.

Oliverio dijo...

Como dice en el videocomentario, lo mejor es no manejarse de manera estereotipada. A veces convendrá combatir y otras resistir, dependerá de la circunstancia.

Carolina dijo...

Me hizo reír mucho con las distintas situaciones que plantea. Hacía tiempo que no me reía así.

Magdalena dijo...

Resistir o combatir, además de depender de la circunstancia como dice Oliverio, también depende del estilo personal de cada uno. Para mí, que tengo tendencia a resistir, combatir se me vuelve muy difícil.

Anónimo dijo...

Yo también tengo tendencia a resistir, y cuando combato lo hago de manera pasiva e inconsciente.

Valeria dijo...

Una de mis formas de combatir (me he dado cuenta con los años), es equivocarme, de modo tal que termino arruinándole a mi ¨enemigo¨, algo que para él era importante.

Olga dijo...

Creo que habría que raptar a la madre de la maestra, para que se haga responsable por haber educado tan mal a su hija, y ya de paso, por el maltrato que la susodicha ejerce sobre el niño.

Lautaro dijo...

Mostrarle a la maestra armas de grueso calibre, puede generar resultados inesperados...

Morgana dijo...

Me gusta la resistencia con dardos envenenados. Preparar una fiesta y lanzarle indirectas a la maestra me parece todo un festín.

CHECHU dijo...

YO ENFRENTO Y LUEGO RESISTO

Fulgencio dijo...

Resistir es una forma de hacer fuerza, cómo no. Y más que combatir, porque combatir es dejarse llevar por el impulso.

Lucas dijo...

Si te presionan para que combatas, no existe impulso ni pasión en el combate. Esa forma de combatir se convierte en una forma de resistencia muy desagradable: resistir el deseo de desobedecer.

Iris dijo...

Por lo general el que resiste ocupa el lugar de la defensa y el que combate el lugar del ataque.