Cuando mujeres y varones nos amamos es porque nos damos satisfacción a necesidades, que son distintas porque ambos sexos somos diferentes.
La pérdida de la noción temporal
es una característica propia de nuestra modesta capacidad mental.
Los problemas provocados por las
limitaciones de la inteligencia tienen a su vez la característica de que
participan de un círculo vicioso, en tanto es la misma carencia la que impide
conocerla.
Otro círculo vicioso, que se
asocia al anterior, es el referido a la ignorancia, pues quien ignora también
ignora lo que no sabe.
Por lo tanto padecemos dos
dificultades que se potencian mutuamente en contra de los resultados
intelectuales de los que somos capaces.
En suma: la poca inteligencia no nos permite
comprender que somos tontos y la poca sabiduría incluye no saber que ignoramos.
Aprendimos qué es el amor cuando
nuestra madre le dio satisfacción, en tiempo y forma, a nuestras necesidades primarias.
El pequeñito al que le calmaron
el hambre, lo abrigaron, lo acunaron y lo higienizaron, sintió placer gracias a
esa mujer que lo hizo pensar: « ¡qué persona tan amable!», es decir, ‘esta
persona me inspira amor porque me complace’.
«Entonces se hizo el amor», podría parafrasear el comienzo del Libro del
Génesis.
Aquel pequeño fue percibiendo que su sentimiento amoroso continuaba a lo
largo del tiempo vinculándolo con quienes le daban satisfacción a sus
necesidades y deseos: papá, «tía que mima y hace regalos», «maestra que me
enseña con paciencia», «abuela que me prepara comida rica y me hace cuentos
para dormirme».
Llegará un día en que las niñas, al sentir deseos de ser madres,
elegirán a un varón que se sentirá muy orgulloso por ser elegido. Ella amará al
varón porque lo necesita como padre de sus hijos y él la amará porque lo hace
sentir importante.
(Este es el Artículo Nº 1.822)
●●●
8 comentarios:
En la pareja ambos se necesitan, de lo contrario no formarían pareja.
¡Las mujeres también necesitamos que nos hagan sentir importantes!
Sentimos amor hacia quienes nos complacen por como son, por lo que nos brindan, por lo que hacen.
Y también sentimos amor hacia el desvalido, el que sufre, el que precisa ayuda.
Son amores diferentes. El que nos complace por como es, generalmente es amigo, esposo, novio.
El que es amado porque nos inspira deseos de ayudarle, es por lo general un niño, un viejo, una persona pobre, un enfermo. En estos últimos casos a veces generamos un vínculo, pero no necesariamente.
Cuando amamos necesitamos al otro. No tanto para que nos complete o ayude. Ese sería un amor inmaduro. Lo necesitamos para sentirnos felices, compartir momentos, conversaciones, disfrutar de su cuerpo, darle nuestra ternura.
En ningún vínculo afectivo se pueden desantender las necesidades básicas del otro.
Lo que es poder, se puede, pero ahí todo se echa a perder.
En casa nadie entiende que mi necesidad primaria a las 7 de la mañana es quedarme callado.
En ningún momento Mieres dice que necesitar al otro no forme parte del amor. Digo porque algunos comentarios dejan traslucir eso. Al contrario. En el videocomentario está más claro. Ahí hace incapié en que no nos van a querer simplemente por ser, por existir, sino que nos quieren por determinadas características que tenemos y que por algún motivo son agradables para algunas personas.
Publicar un comentario