sábado, 2 de febrero de 2013

La necesidad de sufrir




Algunas mujeres cultivan el sufrimiento, incluso uniéndose a un hombre proclive al sadismo.

Es muy ingenuo suponer que las personas tienen sexo por amor, como un gesto de cariño, como algo que debe hacerse para calmar ciertas tensiones que sin alivio generan malhumor, irritabilidad, mal carácter.

Si bien estos motivos pueden existir, los que producen los mayores montos de excitación son bien distintos y no tienen nada que ver con el famoso libro “El matrimonio perfecto”, escrito en 1926 por el ginecólogo holandés Theodoor Hendrik van de Velde (1873 - 1937), y cuya lectura les fue prohibida a los fieles de la Iglesia Católica porque, según parece, «la ignorancia es la madre de todas las virtudes».

Lo que mueve la máquina de gozar corporalmente (incluida la psiquis), son fantasías que pueden no llegar a ser imaginadas.

Los seres humanos somos una especie más imperfecta que las demás porque somos más débiles que el resto de los animales.

La debilidad nos obliga a buscar soluciones con menos escrúpulos, más agresividad, cayendo una y otra vez en conductas reprobables, pero claro, los humanos poseemos los dos defectos que peor se complementan: somos débiles y queremos aparentar que somos fuertes. Tenemos mucho para mejorar.

Ser débiles también nos expone a que las peores acciones contra otros (humanos y no humanos) puedan justificarse como «en defensa propia», porque como digo, somos los más débiles.

El principal recurso para compensar nuestra debilidad es la fantasías, la imaginación, la mentira, la teatralización, el disimulo, aparentar.

Tan tremendas son nuestras ideas que hasta nos producen miedo a quienes las inventamos.

Las mujeres siempre han aparentado ser las más débiles y para compensarse suelen apelar, en mayor medida que los varones, a victimizarse, quejarse, flagelarse, auto-culparse, convertirse en mártires, a veces usando a un hombre capaz de golpearlas.

(Este es el Artículo Nº 1.797)

10 comentarios:

Carolina dijo...

¨Lo que más mueve la máquina de gozar corporalmente son fantasías que no pueden llegar a ser imaginadas¨. De acuerdo Doc.

Tania dijo...

Creo que no podemos generalizar y decir que la violencia doméstica en las parejas de debe a vínculos sado-masoquistas. Supongo que en muchísimos casos sí. Sin embargo esta posibilidad, tan conocida, tan antigua, no sale a luz, no se discute a través de los medios de difusión masivos. Sólo se habla del golpeador. Nos quedamos en la evidencia y así no vamos a avanzar.

Eduardo dijo...

El sentido común nos hace difícil entender el masoquismo. Nos resulta más fácil reconocer el sadismo y ponerlo afuera.

Hugo dijo...

Si los humanos hemos tenido tanta capacidad de adaptación, dudo que seamos tan débiles.

Marcia dijo...

sí, la ignorancia es la madre de todas las virtudes para quienes quieren llevarnos de la nariz.

Leandro dijo...

Los hombres están culturalmente obligados a demostrarse fuertes porque tienen mayor masa esquelética y muscular. Eso los determina a tener que mostrarse fuertes en todos los aspectos.

Chapita dijo...

Las ideas que me producen miedo se esconden sin que yo les pida.

Edgardo dijo...

Aparentar es algo que hacen todos los bichos, sobre todo los machos cuando quieren ganarse a la hembra. En las aves es notorio.

Alicia dijo...

Paradojalmente los golpeadores son muy débiles, con un psiquismo muy frágil.

Luis dijo...

Las fantasías sadomasoquistas nos permiten vivir la ilusión de controlar el dolor.