viernes, 22 de febrero de 2013

Educación culposa o dolosa

 
La intención de los adultos cuando critican o reprimen a los jóvenes, puede ser por el bien de los jóvenes o por el bien de los adultos represores.

Dos expresiones que tienen sonidos similares pero significados opuestos son «homicidio culposo» y «homicidio doloso».

Si usted no es juez en materia penal, consulte a Wikipedia (1) cada vez que tenga duda.

Una persona puede cometer un error por descuido, negligencia, torpeza, ignorancia y demás atenuantes (homicidio culposo) o puede cometerlo porque realmente quería matar a la víctima.

La ley castiga de forma diferente a uno y otro acto. Es más benigna cuando se demuestra fehacientemente que el homicida hizo todo lo posible por evitar el trágico desenlace y es más dura cuando se demuestra fehacientemente la intencionalidad del agresor.

Esta ley que rige en la sociedad para los casos concretos también existe dentro de nuestras mentes cuando analizamos, valoramos y juzgamos los actos propios y ajenos.

Cuando tomamos decisiones lo hacemos apegándonos a ciertos códigos de valores, creencias, costumbres.

En otro artículo (2) comenté que los adultos ponemos el grito en el cielo con la conducta de nuestros hijos, especialmente cuando la consideramos peligrosa para ellos mismo o para terceras personas.

Lo que pretendo señalar en este artículo es la intencionalidad de nuestra reacción escandalizada, que no pocas veces termina acusando a los jóvenes de irresponsables, necios y hasta penalmente responsables.

Quien intentara juzgar la conducta de los adultos querría saber de sus profundas intenciones, como hacen los jueces penales para evaluar si el acusado de homicidio mató deliberadamente o por puro accidente.

Quizá valga la pena considerar que cuando los adultos, (padres, autoridades, educadores), critican, prohíben y hasta castigan a los jóvenes, no lo hacen por el bien de estos, (los jóvenes), sino porque quieren evitarse problemas, incomodidades, críticas.

   
(Este es el Artículo Nº 1.817)


10 comentarios:

Ernesto dijo...

En muchas ocasiones es como usted dice, los criticamos y menospreciamos para no cambiar nuestro modo de hacer las cosas; en otras palabras, para seguir en el poder.

Facundo Negri dijo...

Nos escandalizamos con las conductas de los jóvenes porque no queremos recordar que fuimos como ellos y que ya perdimos nuestra juventud.

Luis dijo...

Es muy difícil llegar a las profundas intenciones de lo que hacemos, pero bien que vale la pena el intento.

Gabriela dijo...

Cuando tratamos de convencer a alguien para que haga algo que no quiere, le decimos que es por su propio bien.

Adriana dijo...

Los jóvenes no son más irresponsables que nosotros los adultos. La diferencia está que los adultos estamos supervisando para señalar cada vez que un joven es irresponsable. Y los jóvenes no nos prestan tanta atención. Hacen la suya.

Nazareth Inglese dijo...

Tanto el homicidio culposo
como el homicidio doloso
parece acusar
al oso.

Margarita dijo...

Si la conducta de nuestros hijos es peligrosa, los padres nos angustiamos muchísimo. Todos los razonamientos y la cordura se dejan de lado. Ahí el que manda es el corazón. Son momentos difíciles de soportar.

Gabriela dijo...

Me encantó el videocomentario. Como ud. plantea: lo que hizo el Imperio Español durante la conquista de América, se parece mucho a lo que hacemos los adultos con nuestros jóvenes. No respetamos su cultura, ¨sus dioses¨. Los tratamos de tontos e ignorantes. Venimos con nuestra verdad a imponérsela. Les robamos sus riquezas: su espontaneidad, sus buenas intenciones, sus ganas de divertirse, su capacidad para disfrutar. Les quitamos su tiempo y dirigimos su energía para que hagan lo que a nosotros nos parece provechoso. Ignoramos lo que la naturaleza habla a través de ellos. Dirigimos, prepoteamos, nos creemos dueños de la verdad. Y si no lo hacemos, ya vendrán otros adultos a decirnos que ¨no supimos ponerles límites¨.

Lautaro dijo...

Los adultos cuando critican, prohíben y castigan a los jóvenes, no sólo quieren evitarse problemas. Lo que quieren, más que nada, es continuar manteniendo el poder.

Eloísa dijo...

El cartel que ilustra el artículo es discriminatorio. Tendría que decir: por tu bien y el de TODOS Y TODAS.