Varones y mujeres no pertenecemos a la misma especie (1) ni
los roles femeninos y masculinos están tan predeterminados anatómicamente.
Las mujeres y los varones somos integrantes de
la naturaleza, formamos parte de ella, nos parecemos bastante y eventualmente
podemos complementarnos, así como las nubes se complementan con el viento frío
para producir la lluvia, o los desniveles en los territorios hacen que las corrientes
de agua circulen en un único sentido hacia alguna desembocadura, así como la
mezcla de algunos productos químicos forman un tercero totalmente distinto,
como son el oxígeno y el hidrógeno, que misteriosamente
se convierten en agua, elemento este tan diferente a cada uno de sus
componentes cuando estaban separados.
Como decía, estos dos integrantes de la
naturaleza (mujeres y varones), que hemos convenido en designar como
integrantes de la especie humana, eventualmente se
complementan.
Existen quienes
tienen paciencia y quienes no la tienen: los primero pueden ser útiles para
cocinar alimentos a fuego lento, los segundos para resolver temas urgentes.
Algunos tienen habilidad manual y otros tienen mucha fuerza en los brazos: los
primeros sirven para perfeccionar los detalles y los segundos para cambiar de
lugar volúmenes pesados. Algunos saben hablar con gran claridad y otros saben
escuchar con mucha atención: convendría que este escuchara al primero. Algunos
tienen vagina y otros pene: convendría que estos fecundaran a los primeros.
Estos
tres párrafos intentan hacer una descripción despojada del prejuicio según el
cual los humanos somos todos iguales al punto que los varones son mujeres con
pene o al revés, que las mujeres son varones sin pene.
En
estas descripciones la complementariedad está expuesta como más casual, no tan
predeterminada porque no siempre un varón desea copular con una mujer, porque
no siempre la anatomía femenina se corresponde con un temperamento femenino,
etc.
(Este es el Artículo Nº 1.719)
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9 comentarios:
Nunca entendí bien por qué usted dice que hombres y mujeres pertenecemos a especies diferentes. Somos distintos eso está claro, pero no entiendo por qué habla de especies diferentes. Y mire que he leído casi todos sus artículos.
Creo que Mieres fundamenta lo de las especies diferentes basado en un conjunto de características que hacen a la mujer, al varón o a los transexuales, que van más allá del sexo anatómico.
De pronto en el resto de los animales no cabe hablar de especies diferentes porque no intervienen los factores culturales, políticos, económicos, religiosos.
No sé tanto de etología animal como para apoyar lo que decís, Alberto.
Nos parece obvio que mujeres y varones son complementarios y que por lo tanto deberían formar parejas o vincularse sexualmente entre si. Pero también es bastante obvio que no siempre son tan complementarios, porque si no las relaciones entre ellos serían mucho menos conflictivas.
Yo soy de la especie de los que tienen habilidad para resolver problemas urgentes. Pero no soy muy complementario que digamos con las personas cautelosas, prudentes, que se toman su tiempo para todo. A mí me desesperan.
Tengo habilidad manual y fuerza en los brazos, por eso, al menos por ahora, puedo trabajar en lo mío sin necesidad de ayudantes.
Los roles femeninos y masculinos son más un producto cultural hijo de las circunstancias históricas, que un producto directo de nuestra anatomía.
Considerar a mujeres y hombres como especies diferentes colabora para frenar la tendencia a suponer que ellos son como nosotras solo que tienen pene, lo cual no aleja terriblemente de una comprensión, pero no nos damos cuenta porque quedamos muy felices con esa definición.
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