sábado, 6 de octubre de 2012

La propaganda atemorizante de la medicina



   
Aunque estamos dotados de un organismo vivo auto-regulado, superior a cualquier sistema cibernético conocido, ¿quién desoye la propaganda atemorizante de la medicina?

Para muchas personas vivir es una actividad mientras que para otras vivir es una contingencia, algo que ocurre por el acontecer de ciertas causas sobre las que poco o nada podemos influir.

La economía de mercado defiende, por razones de «vida o muerte»,  la primera interpretación de la realidad: «vivir es una actividad» de la cual somos responsables.

Las razones dramáticas de la economía devienen de que el consumismo depende de que los humanos estemos convencidos del libre albedrío y de que además estemos convencidos de que, actuando con inteligencia, sabiduría y perseverancia, las enfermedades y los malestares son evitables.

La economía de mercado nos dice que debemos mantenernos en estado de alerta permanente.

Los médicos son los principales agentes económicos de esta filosofía consumista en el rubro «salud».

Ellos nos sugieren que los consultemos al menor indicio. De esta forma nos aseguran que casi nada pasará a mayores porque, agregan, la eficacia curativa dependen en gran medida de la atención precoz, mientras que los fracasos terapéuticos se asocian al descuido, la desatención y la irresponsabilidad de los pacientes.

Como decía al principio, «vivir es una actividad». Según este punto de vista, vivir es algo que tenemos que hacer y si lo hacemos mal pagaremos las consecuencias con una muerte prematura o, en el peor de los casos, con algún deterioro orgánico irreversible que descienda dramáticamente nuestra calidad de vida.

También es posible pensar que el descenso de la calidad de vida está asegurado si creemos que la vida es una tarea.

Aunque estamos dotados de un organismo vivo auto-regulado, superior a cualquier sistema cibernético (1) conocido, ¿quién se anima a desoír la propaganda atemorizante de la medicina?

 
(Este es el Artículo Nº 1.709)

10 comentarios:

Gabriela dijo...

Me llamó mucho la atención la siguiente frase: ¨es posible pensar que el descenso de la calidad de vida está asegurado si creemos que la vida es una tarea¨. Después de leerla dos veces me sentí de acuerdo. La palabra tarea yo la asocio a obligación. No se puede vivir por obligación. Eso es pasar por la vida; no vivirla.

Lautaro dijo...

El cuerpo se autorregula, pero no siempre, muchísimas veces no. Creo que eso se da por descontado. Ahora lo importante es pensar la cantidad de veces que intentamos regularlo artificialmente, sin que sea necesario.

Ernesto dijo...

Vivir es una actividad porque en la vida desempeñamos roles. Si no desempeñamos roles quedamos excluidos. Esos roles implican una serie de tareas, que por cierto podrían ser muchas menos y más sencillas si no viviésemos en una economía de mercado.

Fulgencio dijo...

Somos responsables de nuestra vida, cómo no!

Marcia dijo...

Somos responsables de nuestros actos, no de nuestra vida.

Daniel dijo...

De acuerdo con Marcia. La vida te va llevando por lugares imprevistos de los cuales no somos responsables. Sí somos responsables de lo que hacemos estando en esos lugares, en esas situaciones.

Zulma dijo...

Así como el consumismo depende de que estemos convencidos de que con inteligencia y perseverancia, saldremos adelante económicamente, lo mismo lo trasladamos al campo de la salud. La inteligencia y la perseverancia no son de despreciar, pero a veces no alcanzan.

Norton dijo...

El estado de alerta permanente nos conduce al estrés. Eso desmejora nuestra salud.

Evaristo dijo...

Estamos en estado de alerta porque tenemos mucho miedo. Miedo a la muerte, que la imaginamos por el lado de que otros nos pueden matar. Miedo a la pérdida de dinero, por el lado de que los otros nos puedan robar. El miedo es ante la posibilidad de que suceda algo. En definitiva es miedo al futuro.

Elena dijo...

Trato de hacer las cosas que se recomiendan para mantener un buen estado de salud. Aún así, cuando la vida me exige hacer cambios que pueden obligarme a descuidar la salud, la descuido, establezco prioridades.