miércoles, 3 de octubre de 2012

La anticoncepción culpable



   
Tener placer sexual evitando la reproducción no está previsto por la naturaleza y esto nos haría sentir inconscientemente culpables.

Es razonable que gocemos comiendo cuando sentimos hambre, o que gocemos acostándonos a dormir cuando estamos cansados, o que gocemos abrigándonos cuando tenemos frío.

Todo placer obtenido por la satisfacción de una necesidad parece estar en armonía con el instinto de conservación individual y, en última instancia, de la especie.

Desde este punto de vista gozamos cumpliendo nuestra única misión: conservarnos como individuos y como especie (1).

Por motivos similares, también es razonable que gocemos fornicando con fines reproductivos, pero ¿es razonable que forniquemos utilizando barreras anticonceptivas? Si tenemos relaciones sexuales sin fines reproductivos es como comer sin hambre, o como acostarnos sin estar cansados o como abrigarnos sin sentir frío.

Si avanzamos otro poco podemos llegar a pensar algo bastante disparatado:

Si las anorexicas se satisfacen (como todo el mundo) comiendo, pero luego vomitan, interrumpiendo el proceso natural que tiene como objetivo alimentarse para conservarse como individuo, quienes tienen sexo con barreras anticonceptivas también están interrumpiendo el proceso natural que tiene como objetivo reproducirse para conservar la especie.

En la misma línea de razonamiento, tener sexo usando anticonceptivos podría denominarse «anorexia reproductiva». Si bien el trastorno alimentario puede provocar consecuencias graves aunque individuales, esta otra práctica (los métodos anticonceptivos) quizá también tenga consecuencias, no tan graves aunque colectivas.

Por ejemplo, esta acción anticonceptiva podría generarnos sentimientos de culpa, tan difíciles de entender porque su causa está oculta por la costumbre, ya que para una mayoría es normal tener sexo usando anticonceptivos.

Hace unos años propuse la idea de que el orgasmo equivaldría a una remuneración que nos asigna la naturaleza para conservar la especie (2). La culpa inespecífica podría provenir de «cobrar sin trabajar» o sea, estafar a la naturaleza.

 
(Este es el Artículo Nº 1.706)

10 comentarios:

Gabriela dijo...

Me parece de gran valor su planteamiento. Nunca había escuchado algo parecido. Es muy interesante. De veras nos lleva a reflexionar. La culpa, ese sentimiento que supongo es sólo humano, puede tener causas tan absurdas a veces, que no sería de extrañar que los anticonceptivos nos estuvieran complicando la vida.

Luján dijo...

Estafar a la naturaleza podría ser equivalente a estafar a Dios. ¿Quién se atreve?

Elena dijo...

Un sector de personas piensa que la mujer debe prestar su cuerpo para la reproducción. Cuando una mujer presta su cuerpo para el sexo, puede ser una prostituta. A pesar de que el goce sexual es parte de lo que consideramos una vida saludable, existe una prostituta fantasmal en cada mujer, que a veces asoma su cara.

Enrique dijo...

Es muy bueno el ejemplo de la anorexia. Comer para vomitar es una estafa a la naturaleza que tiene parte de sus motivos en cuestiones culturales.
Llenarse de hijos que uno no puede mantener está mal visto, pero ese juicio negativo parte de nuestro raciocinio. Y la razón es débil cuando lucha con las emociones y los instintos.

Mariana dijo...

¨Anorexia reproductiva¨, ¿cómo nunca se me dio por pensar en esto?. Claro que debe tener consecuencias colectivas!!!
Ahora que en Uruguay se discute sobre la despenalización del aborto, esto queda bastante claro. Por algo genera tanta resistencia!

Estela dijo...

Son muchos los proyectos de vida que no fructifican. Pensemos en cuantas semillas produce un árbol para que germine una. Cuantos espermatozoides mueren sin llegar al óvulo. Cuantos óvulos no son fecundados. Cuantas crías no sobreviven.
¿Qué le da mayor valor a la vida? ¿Su complejidad? Si la organización más compleja es la humana, entonces podríamos pensar (de manera algo arbitraria, creo) que la forma de vida más valiosa es la humana. Ese valor sería el que justificaría la prohibición de interrumpir el desarrollo de una vida humana.

Oliverio dijo...

Las mayorías, la norma, la normalidad; todo eso ordena nuestra ética.

Magdalena dijo...

Las mujeres tenemos más dificultades para llegar al orgasmo que los varones. Quizás sea porque consideramos que nuestro rol fundamental es ser madres, y que no merecemos gozar si no cumplimos con ese mandato.

Marianella dijo...

El orgasmo masculino es un espasmo necesario para expulsar el semen. Si la mujer tiene orgasmos es porque tiene una función masculina innecesaria para la reproducción.

Anónimo dijo...

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