Aunque estamos dotados de un
organismo vivo auto-regulado, superior a cualquier sistema cibernético
conocido, ¿quién desoye la propaganda atemorizante de la medicina?
Para muchas personas vivir es una actividad
mientras que para otras vivir es una contingencia, algo que ocurre por el
acontecer de ciertas causas sobre las que poco o nada podemos influir.
La economía de mercado defiende, por razones
de «vida o muerte», la primera interpretación de la
realidad: «vivir es una
actividad» de la cual somos responsables.
Las razones
dramáticas de la economía devienen de que el consumismo depende de que los
humanos estemos convencidos del libre
albedrío y de que además estemos convencidos de que, actuando con
inteligencia, sabiduría y perseverancia, las enfermedades y los malestares son
evitables.
La economía
de mercado nos dice que debemos mantenernos en estado de alerta permanente.
Los médicos
son los principales agentes económicos de esta filosofía consumista en el rubro
«salud».
Ellos nos
sugieren que los consultemos al menor indicio. De esta forma nos aseguran que
casi nada pasará a mayores porque, agregan, la eficacia curativa dependen en
gran medida de la atención precoz, mientras que los fracasos terapéuticos se
asocian al descuido, la desatención y la irresponsabilidad de los pacientes.
Como decía
al principio, «vivir es una actividad». Según este punto de vista, vivir es
algo que tenemos que hacer y si lo hacemos mal pagaremos las consecuencias con
una muerte prematura o, en el peor de los casos, con algún deterioro orgánico
irreversible que descienda dramáticamente nuestra calidad de vida.
También es
posible pensar que el descenso de la calidad de vida está asegurado si creemos
que la vida es una tarea.
Aunque
estamos dotados de un organismo vivo auto-regulado, superior a cualquier
sistema cibernético (1) conocido, ¿quién se anima a desoír la propaganda
atemorizante de la medicina?
(Este es el Artículo Nº 1.709)
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10 comentarios:
Me llamó mucho la atención la siguiente frase: ¨es posible pensar que el descenso de la calidad de vida está asegurado si creemos que la vida es una tarea¨. Después de leerla dos veces me sentí de acuerdo. La palabra tarea yo la asocio a obligación. No se puede vivir por obligación. Eso es pasar por la vida; no vivirla.
El cuerpo se autorregula, pero no siempre, muchísimas veces no. Creo que eso se da por descontado. Ahora lo importante es pensar la cantidad de veces que intentamos regularlo artificialmente, sin que sea necesario.
Vivir es una actividad porque en la vida desempeñamos roles. Si no desempeñamos roles quedamos excluidos. Esos roles implican una serie de tareas, que por cierto podrían ser muchas menos y más sencillas si no viviésemos en una economía de mercado.
Somos responsables de nuestra vida, cómo no!
Somos responsables de nuestros actos, no de nuestra vida.
De acuerdo con Marcia. La vida te va llevando por lugares imprevistos de los cuales no somos responsables. Sí somos responsables de lo que hacemos estando en esos lugares, en esas situaciones.
Así como el consumismo depende de que estemos convencidos de que con inteligencia y perseverancia, saldremos adelante económicamente, lo mismo lo trasladamos al campo de la salud. La inteligencia y la perseverancia no son de despreciar, pero a veces no alcanzan.
El estado de alerta permanente nos conduce al estrés. Eso desmejora nuestra salud.
Estamos en estado de alerta porque tenemos mucho miedo. Miedo a la muerte, que la imaginamos por el lado de que otros nos pueden matar. Miedo a la pérdida de dinero, por el lado de que los otros nos puedan robar. El miedo es ante la posibilidad de que suceda algo. En definitiva es miedo al futuro.
Trato de hacer las cosas que se recomiendan para mantener un buen estado de salud. Aún así, cuando la vida me exige hacer cambios que pueden obligarme a descuidar la salud, la descuido, establezco prioridades.
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