Cuando no podemos aliviar las consecuencias dolorosas de la ignorancia y la incertidumbre, inventamos hipótesis que siempre son a nuestra imagen y semejanza.
Cunde el prejuicio de que todo debe tener una explicación racional. Dicho de otra forma: es generalizada la creencia en que todo tiene una causa razonable, coherente con el resto de los acontecimientos del universo. De una forma más coloquial, existe la expresión “todo cierra”.
Nuestra mente no puede pensar si no es de forma humana (1), tomándose como punto de referencia, de medida, de comparación.
Esta creencia genera unos cuantos problemas. Por ejemplo, cuando no sabemos cómo algo ocurre, inventamos algún motivo, sin preocuparnos demasiado por su veracidad, comprobación empírica, realismo.
El caso más notorio es el origen de la vida, el origen del universo, el para qué de nuestra existencia.
Como todo lo pensamos con cerebro humano y autorreferente, entonces inventamos explicaciones con forma humana (antropomórficas). Por ejemplo, si no sabemos cuándo comenzó el universo, no podemos pensar que siempre estuvo ahí porque parece que estamos obligados a pensar que todo tiene un comienzo pues el ser humano también tiene un comienzo (nacimiento).
La incertidumbre sobre nuestra propia existencia futura nos lleva a pensar (creer, suponer, imaginar) que en algún momento todo desaparecerá (fin del mundo, apocalípsis, hecatombe) porque sólo podemos pensar que la naturaleza tiene que morir igual que los seres humanos.
Por ejemplo, ¿por qué el cerebro humano tiene como ideal de perfección el círculo o la esfera? Se podrán proponer mil respuestas, pero todas habrán de ser conjeturas, hipótesis, fantasías.
Quizá encuentre mejor explicación sobre por qué los varones tienen más poder que las mujeres, pensando en que objetivamente tienen cuerpos más grandes, forzudos, agresivos y los humanos hasta ahora hemos sido mejor persuadidos (gobernados) por la violencia que por la razón.
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10 comentarios:
Lamentable: vivimos gobernados por la violencia de los prejuicios.
Bien podría decirse que somos materia que tomó conciencia de sí misma. Y además bastante poco imaginativa, por cierto, en el acto mismo de crear no estamos haciendo más que imitar a la naturaleza. Hemos creado aviones que tienen alas, como los pájaros para volar. Submarinos que parecen ballenas. Vacunas como defensas propias. Y podríamos seguir la lista... No es extraño que pensemos que lo más perfecto sea nuestra aproximadamente esférica cabeza (una fantasía más).
Ja! un círculo es perfecto hasta que no se conoce una esfera.
Justamente Mieres. No todo tiene una explicación racional, así como tampoco urge que se la busquemos. Abrazar una religión, no tiene una explicación racional, aunque se le puedan buscar muchas. Me gusta creer en lo que siento y no tener la necesidad de que "todo cierre".
Como la vida en sociedad exige coherencia, el mejor argumento que podemos esgrimir para imponerla, es encontrar coherencia en todo.
Mi padre piensa de manera inhumana. Dice que no puedo tener relaciones hasta los quince.
Si por esas cosas no hubiera avanzado el estudio de los fenómenos atmosféricos, aún seguiríamos riendiéndole sacrificios a Tlaloc, dios del relámpago y de la lluvia.
El ideal de perfección es la esfera porque el deporte perfecto es el fobal.
Se imaginan cuántas explicaciones distintas se le habrán dado al embarazo de la mujer, en los albores de la humanidad.
Los varones tienen más poder que las mujeres porque se creyeron eso de la conquista.
La esfera es perfecta porque además de ser simétrica, no tiene ningún vértice ni arista que te corte o te pinche.
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