miércoles, 20 de julio de 2011

Las enemigas de clase

Para las mismas mujeres es preocupante observar con qué frecuencia prefieren a hombres casados. Los motivos inspiran variadas hipótesis. Alguna puede ser verdadera.

En mis habituales recorridas por las páginas femeninas de la web es recurrente la preocupación de ellas por el atractivo que tienen los varones casados.

Nunca podré saber qué piensa una mujer hasta que no me reencarne como una de ellas, así como nunca podré dejar de imaginar qué piensan.

Pienso:

— Es conocida la teoría psicoanalítica según la cual el lesbianismo latente de toda mujer (1) puede ser tramitado teniendo sexo con el esposo de la mujer deseada;

— Ellas y ellos anhelan «no pagar la fiesta», esto es, disfrutar de las relaciones conyugales pero sin asumir las pesadas responsabilidades que la institución matrimonial impone;

— Desear el cónyuge del prójimo está expresamente prohibido por uno de los diez mandamientos precisamente porque es una condición natural de nuestra especie;

— Esta norma, por pertenecer a un número tan reducido de mandatos, está demostrando que «es normal» desear al cónyuge ajeno;

— También podemos deducir que, como en cualquier otro ranking, estar dentro de los diez (mejores), está denotando su elevada categoría, privilegio, importancia;

— Los hombres casados, al igual que las mujeres casadas, parecen poseer un certificado que «garantiza» su aptitud para la vida conyugal mientras que los solteros provocan la desconfianza de si lo están por opción o porque no saben gratificar al otro;

— Un motivo más inconsciente, narcisístico y sofisticado refiere a que ellas no quiere enviudar. Efectivamente algunas mujeres fantasean con que su capacidad sexual es de tan alto voltage que los varones que caen bajo su influencia erótico-mortífera tienen grandes posibilidades de no salir con vida del encuentro. El discurso sería: «Si lo voy a matar, mejor que sea un hombre ajeno y no uno mío».

(1) Si yo fuera mujer

Sabemos mucho de gays y poco de lesbianas

La poligamia reprimida

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12 comentarios:

Morgana dijo...

Lo que hace especialmente atractivo al hombre casado es que una se lo imagina con muchas ganas de salir de la jaulita matrimonial. El soltero es libre y no tiene tanto deseo reprimido. El hombre enjaulado será mucho más apasionado en una aventura.

Esther dijo...

Las mujeres con frecuencia somos envidiosas y competitivas entre nosotras. Por eso acostarse con el hombre de una "amiga", y más aún, de una enemiga, tiene un atractivo muy especial.

López dijo...

A las mujeres les gusta el quilombo, si no se aburren. Estar con un hombre casado les brinda la posibilidad de tener problemas.

Teresita dijo...

En realidad lo que nosotras queremos es matar al hombre nuestro, que nos tiene podridas, y después darle rienda suelta a nuestros instintos.

Luján dijo...

Teresita! Sos abominable!

Filisbino dijo...

A veces, cuando una mujer percibe que va a enviudar, se separa y busca sustituto. Todo esto es a nivel inconsciente, y por qué lo hacen, no sé.

Oscar dijo...

Lo deben de hacer por temor a quedar desprotegidas, Filisbino.

Iris dijo...

La Biblia decía que no se podía desear a la mujer del prójimo, de lo que se desprende que no existe ningún inconveniente si la mujer desea al hombre del prójimo.

Clarisa dijo...

Tener una aventura con un hombre casado es emocionante porque es prohibido.

Rocío dijo...

Como dice la canción, muchachas: el que tenga un amor que lo cuide.

Marcia dijo...

Hay hombres solteros que se llegan a poner una alianza para seducir mujeres. Es como que eso les da algo del orden de lo paternal, como si los hiciera más hombres, más maduros, capaces de sostener a una mujer y capaces de pecar!

Anónimo dijo...

Son unas calentonas. destuye hogares. histiriquean todo el dia. cuiden a sus maridos bobas. feliz dia del ser humano el 8 de marzo.