sábado, 30 de julio de 2011

Todos los días se (¿aprende?) entiende algo

La verdadera comprensión y utilización de muchos conocimientos se logra meses o años después de haber terminado la etapa estudiantil.

El cambio se produce cuando una acumulación de elementos predisponentes, se encuentra con un elemento desencadenante.

Dicho con un ejemplo visual: existe una gota de agua que produce el desborde del vaso. Sólo una.

Dicho con un refrán: «Tanto va el cántaro a la fuente, que al final se rompe».

El proceso educativo (pedagogía, didáctica, formación, aprendizaje) consiste en incorporar conocimientos nuevos para que el alumno los asocie con otros conocimientos que ya tenía.

En este caso la imagen visual puede describirse como una hilera de ladrillos que sirve de apoyo a una segunda hilera, para terminar construyendo una pared de conocimientos integrados, coherentes, utilizables.

Todos sabemos de nuestra resistencia a los cambios, lo que no siempre tenemos presente es la frase completa que dice así: «el ser humano se resiste a los cambios que lo perjudican».

De esta «frase completa» podemos deducir otra con idéntica validez: «el ser humano acepta los cambios que lo benefician».

Combinaré ahora estas ideas para comentar que la integración de un conocimiento puede efectuarse en varias etapas separadas en el tiempo. Podemos recibir una información hoy, entenderla dentro de un año e integrarla a nuestra forma de pensar dentro de dos años.

El sistema educativo funciona con plazos arbitrarios a los que el alumno no tiene más remedio que ajustarse precariamente.

Ocurre habitualmente que los exámenes se salvan porque el estudiante bajo presión, memoriza y repite aunque no haya entendido y mucho menos incorporado.

De todos los conocimientos recibidos en estas condiciones, muchos serán olvidados y unos pocos, cuando aparezca el factor desencadenante de la comprensión (meses o años después de haberlos recibido), quedarán en condiciones de ser incorporados, utilizados, realmente aprovechados.

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11 comentarios:

Efraín dijo...

El ser humano se resiste a los cambios (sean favorables o desfavorables), porque antes de que se produzca el cambio, no sabe a ciencia cierta, cuál será su resultado.

Facundo Negri dijo...

Yo cada vez entiendo menos...

Carolina dijo...

Qué hallazgo adecuado la ilustración del artículo!

Tomás dijo...

Cuando me dijeron que "el hombre es el lobo del hombre", pude asociarlo a un montón de conocimientos integrados, utilizables, coherentes.

Daniel dijo...

Dicen que el ser humano es un animal de costumbres. Y el primer acostumbramiento es a los cambios favorables.

Martín dijo...

Mi madre todavía no integró que uno más uno es dos. Todavía sigue pensando que una más una es una.

la gordis dijo...

Lo que ud. dice es la forma que tenemos de metabolizar el conocimiento.
Yo a veces no me animo a conocer, por miedo a metabolizar demasiado.

Noemí dijo...

La mayor parte de nuestra vida transcurre en el esfuerzo permanente de ajuste, a plazos arbitrarios.

Víctor dijo...

El error es pretender integrar a las personas como si fueran conocimientos. Por ej, podemos recibir a través de los sentidos, la información de que una mujer está buena. Luego intentaremos conocerla y nos pasaremos varios años intentando comprenderla. Lo que no podemos pretender es integrarla a nuestra manera de pensar. Nos influíremos mutuamente, pero es deseable que cada cual siga pensando a su manera.

Hugo dijo...

Los que saben dicen que en la enseñanza media hay diarrea de conocimientos.

Luis Rubén dijo...

El conocimiento es lo que mas tarda en digerirse y mas aún en metabolizarse, saludos