miércoles, 27 de julio de 2011

Lo que la gratitud desea pagar

La gratitud es un deseo de pagar por habernos hecho sentir, creer, ilusionar, que nos aman. La gratitud quiere retribuir la esperanza.

El diccionario de la Real Academia Española nos informa sin vacilar que la palabra gratitud debe recordarnos el «Sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y a corresponder a él de alguna manera.»

Veamos algunos detalles:

— «Sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer». Esto quiere decir que debemos valorar, cuantificar, calcular, algo que nos dieron realmente o que tuvieron la intención de darnos.

Esto significa que «con la intención basta»; en otras palabras corresponde sentir gratitud tanto por lo que recibimos efectivamente como por lo que quizá hubiéramos recibido pero que no recibimos.

De manera aún más dramática: da lo mismo que nos regalen un auto a que nos anuncien que nos regalarán un auto. Ambas situaciones merecen nuestra gratitud.

Con todo el respeto que me merecen los sentimientos humanos, diría que la gratitud es bastante desprolija, inconsistente, quizá poco respetable (en tanto funciona de igual forma con hechos consumados que con simples promesas).

— «… y a corresponder a él de alguna manera.» Esto quiere decir que el beneficio que hemos recibido en realidad o como simple promesa, genera (cuando surge la gratitud) algún tipo de reciprocidad (pago, retribución, compensación).

En suma: la gratitud la defino como el sentimiento que nos inspira alguien que nos demuestra amor dándonos o prometiéndonos un beneficio (material o intangible) que genere en nosotros una ilusión, una expectativa, una esperanza.

Más precisamente: como los sentimientos de gratitud y de amor recibido son subjetivos, en cualquier caso la gratitud es nuestro deseo de pagar por hacernos creer que somos amados.

Artículo vinculado:

Gracias de nada

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10 comentarios:

Lucio dijo...

No creo que sea una ilusión pensar o percibir que hay gente que nos ama.

Eusebio dijo...

Estoy de acuerdo con Lucio. Claro que en el entendido de que no existe diferencia entre lo que llamamos querer y lo que llamamos amar. Porque si por amar entendemos la utopía de poner al otro antes que uno, nos equivocamos. Eso no es posible.

Sandra39 dijo...

En algunos momentos de nuestra vida podemos tener actos heroicos, en los que pongamos los intereses del otro por encima de los nuestros. Cuando sucede, generalmente lo hacemos con nuestros hijos o con algún ideal social, político o religioso.

Gabriela dijo...

De la definición de gratitud, lo que más me llama la atención es la palabra 'obliga'. O sea que la gratitud es un sentimiento que nos provoca obligatoriamente otro sentimiento: estima. A su vez, la gratitud y la estima, vuelven a obligarnos; esta vez a la correspondencia. Sentimos que todo debe retribuírse o (lo que es lo mismo) que siempre debemos ser retribuídos.
Me llama la atención el verbo obligar porque la gratitud nace de manera tan espontánea, que a uno le cuesta hacerse a la idea de que es un sentimiento obligatorio. Pero me parece que el Diccionario de la Real Academia no se equivoca. La gratitud es un sentimiento obligatorio porque es cultural, pero está tan enraizado en nosotros que lo sentimos instintivo.
Pienso que es un sentimiento muy conveniente (si vemos el asunto desde un punto de vista utilitario), si expresa alegría, porque promueve la buena vida en sociedad y la supervivencia. Por otro lado es también un sentimiento engañoso, porque puede ocultar temor, terror, pánico, ante amenazas que percibimos terribles.

Nolberto dijo...

Con eso de que lo importante es la intención, a uno le terminan vendiendo el obelisco. Es tan fácil simular intenciones!

Hugo dijo...

Con razón les pago con tanto fastidio a las prostitutas!
Nunca me hacen sentir amado.

Gustavo dijo...

Acá lo que falta es una definición de amor.

Facundo Negri dijo...

Lamentablemente el auto que me regalaron me generó un accidente.

Alicia dijo...

Desde que aprendí la naturaleza de los actos fallidos, creo menos en las buenas intenciones.

Ingrid dijo...

Cuando en el supermercado nos anuncian la intención de regalarnos un auto; vamos y compramos siempre allí para obtener más cupones.
La otra posibilidad es que lo frecuentemos por gratitud: nos han ilusionado con regalarnos un auto!