lunes, 11 de julio de 2011

¿Todos somos culpables (pecadores)?

Ante un hecho delictivo, atendemos al victimario y olvidamos a la víctima.

«Hecha la ley, hecha la trampa» dice el proverbio. Con esta afirmación accedemos a la tranquilidad de que, salvo error u omisión, podemos delinquir sin ser alcanzados por la ley.

Este refrán es una potente estímulo para quienes cuentan como su principal fuente de ingresos en matar, robar, estafar.

El sentimiento de justicia que nos enseñan cuando ingresamos a la vida es mucho más optimista, casto, puro.

Los padres, maestros, libros, cine, no se cansan de decir y «demostrar» que los bandidos siempre son apresados por una policía que está deseosa de salir corriendo de sus autos, sudar, luchar cuerpo a cuerpo arriesgando sus vidas, exponerse a violar los reglamentos, con tal de apresar al supuesto culpable.

Claro que no faltan los pesimistas, negativos o malintencionados que susurran «Quien tiene dinero suficiente, es inocente».

Personas que parecen buenos ciudadanos asesoran ante algún problema legal que todo dependerá de la habilidad del abogado defensor y de quién sea el juez que trate el caso.

¡Caramba! En algo tan delicado como es la cuestión legal ¿hay más de una biblioteca? Ante un mismo delito, alguien puede ser castigado y otro absuelto. ¡A nosotros nos habían informado otra cosa!

Además, si sabemos que todos necesitamos ser amados, reconocidos, mirados, observados, cuando las circunstancias crean una víctima y un victimario, toda la atención recae sobre este último. Quien sufrió el daño es abandonado, sólo se preocupan por él los seres queridos que pueda tener, pero toda la atención, el protagonismo, las cámaras y micrófonos se concentran en el supuesto culpable.

Recordemos que en nuestra cultura, por definición judeo-cristiana, todos somos culpables, pecadores y deudores, por lo tanto, si con alguien nos vamos a identificar es con el delincuente. La víctima, algo habrá hecho.

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12 comentarios:

Adela dijo...

Hay que atenderlos a los dos, al victimario y a la víctima. Creo que en la mayoría de los casos el pronóstico es favorable a la víctima. Recuperar al victimario es más difícil.

Hugo dijo...

No estoy de acuerdo. La mayoría se identifica con la víctima.

Mirna dijo...

Cuando las series de TV muestran el empeño de los policías en resolver los casos, llegan a límites que de tan poco creíbles terminan siendo graciosos.

Selva dijo...

Al que todos queremos ver y escuchar es al delincuente. Nos genera mucha curiosidad esa persona que fue capaz de inflingir las normas.

Alberto dijo...

Cada uno sabe de qué es en realidad culpable.

Olegario dijo...

Quien vivió su infancia rodeado de hermanos, crece con sed de justicia.

Anónimo dijo...

Mi principal fuente de ingresos proviene de lo que hago en forma anónima.

Gabriela dijo...

Dijeron que en la policía se necesitaban más brazos y para que no quedara duda, hicieron trepar a los aspirantes por una cuerda, sin ayudarse con las piernas.

Fulgencio dijo...

Ingresamos a la vida sin saber nada de nada, y nos vamos de ella sin querer saber.

Anónimo dijo...

VENDO LIMA. SÓLO COBRO SI LOGRA ESCAPAR.

Nacho dijo...

Siempre fui rebelde. No entiendo por qué ahora se ponen tan dramáticos. Vengo haciendo trampa desde mi primer exámen.

Pedro dijo...

Todos éramos pecadores, pero los pescadores se avivaron; agregaron una 's' y zafaron.