Desde principio del siglo pasado existe una progresiva preocupación por el cuidado corporal.
— La conversión del deporte en hábito social,
— el creciente aprecio de la salud individual y colectiva, tan abrumadoramente manifiesto en lo que gastan los pueblos para conservarla y mejorarla,
— la consideración a un tiempo estética y ética de la alimentación,
— el estilo casi religioso de los movimientos ecológicos,
— la amplia difusión del yoga y otras técnicas de meditación,
— los variados rituales de acicalamiento, protección, decoración (tatuajes, pearcings), estimulación con masajes
¿no procura convertir a nuestro cuerpo en algo casi místico (y por lo tanto espiritual, sagrado, venerable)?
A un artículo publicado en febrero pasado con el título La cenicienta y los psicofármacos lo concluía con el siguiente párrafo:
« Nosotros necesitamos creer en la inmortalidad porque no aceptamos la muerte definitiva, las religiones toman este imperativo que le imponemos y prohíben suponer que la psiquis es orgánica, las neurociencias avanzan con ese palo puesto en la rueda y por eso la psiquiatría es la cenicienta de la medicina.»
Ahora es oportuno mencionar que desde principio del siglo pasado también espiritualizamos el cuerpo con lo cual estaríamos ganando la posibilidad de imaginar que, no solo el espíritu es inmortal sino que también podría serlo este cuerpo divinizado, híper cuidado, endiosado junto a la ecología, embellecido para que su aspecto sea lo más IDEAL posible (recordemos que «las IDEAS no mueren»).
En suma: es probable que eso que hacemos desde que nacimos (porque ningún lector nació a principio del siglo pasado) y que para todos es tan natural, no deja de ser algo estimulado por una fantasía: la de volvernos inmortales a toda costa.
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13 comentarios:
Mi cuerpo está lleno de materiales materialistas: Pollos, tortas, champagne, tabacos.
El día que se muera, los gusanos terminarán intoxicados.
Es la venganza que les tengo preparada. jajaja
Saludos a todos los que no son gordos felices como yo.
Que la chupen, como dijo el Diego.
El de la foto parece más carnal que espiritual.
A TODA COSTA lo único que quiero son unas largas vacaciones.
Las bailarinas de caño convierten a su cuerpo en algo muy cogible!
La psiquiatría será la Cenicienta de la medicina pero tiene a su favor al Príncipe Azul de los laboratorios.
Antes al cuerpo no se lo podía cuidar demasiado porque hasta bañarlo era bastante difícil.
Si mirás las momias del Discovery, se te va toda la ilusión de mantener un cuerpo inmortal hipercuidado.
¡Nací en 1905 y exijo no ser discriminada!
Un buen ejemplo de la espiritualización del cuerpo es el ballet clásico.
A principios del S.XX los novios de la alta sociedad se escribían una cartas etéreas que disfrazaban una calentura de novela!
Tengo larga experiencia acerca de ideas muertas y moribundas.
Nuestra inmortalidad está en manos de las neurociencias.
Para acercarnos a la inmortalidad de un cuerpo divino hay que sacarle una foto a una mina que rompa las baldozas y encuadrarla con marco de oro.
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