lunes, 23 de noviembre de 2009

La burocracia interna

En las organizaciones burocráticas —una dependencia del estado, una gran empresa financiera—,

1º) alguien se encarga de recibir las solicitudes de los usuarios;

2º) otro se encarga de darle un formato que traduzca a términos institucionales aquella solicitud;

3º) otro la estudia y la opina con sus aspectos favorables y desfavorables;

4º) otro toma la determinación; y

5º) otro se la comunica al interesado.

En nuestra vida privada hacemos algo similar. Las diferentes tareas mencionadas no son realizadas por varios funcionarios pero es probable que utilicemos mucho tiempo para tomar una resolución (hacer una compra, aceptar o rechazar un vínculo, cambiar de trabajo).

Las organizaciones lo hacen así porque administran recursos de terceros y es necesario aumentar las seguridades de que no haya errores o delitos que perjudiquen a terceros (fondos públicos, dinero de los accionistas).

¿Cómo se explica que las personas nos utilicemos tanto tiempo para tomar ciertas decisiones que sólo comprometerían bienes propios?

En el inconsciente (que es de donde surgen las decisiones en última instancia) no está tan claro qué es nuestro y qué es ajeno.

Efectivamente, una equivocación en nuestras decisiones no solamente nos causaría una pérdida (de tiempo, de patrimonio) sino también de prestigio.

Así como las grandes empresas deben tener mucho cuidado para no perder dineros ajenos, las personas necesitamos tener mucho cuidado para no perder la opinión que los demás tienen de nosotros.

Por lo tanto es legítimo preguntarnos, ¿tenemos tanta libertad de tomar decisiones o lo “nuestro” en realidad funciona como ajeno?

En suma: a pesar de las críticas que todos hacemos a la lentitud de las organizaciones burocráticas, los individuos también aplicamos similares procedimientos porque en ambos casos (la administración de bienes ajenos o propios), consideramos que están en riesgo valores ajenos.

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11 comentarios:

Diana dijo...

Las veces que tomé determinaciones importantes sin la necesaria reflexión, el tiempo me demostró que me había equivocad, o que no realicé la mejor elección.

Tiago dijo...

A veces eso de poner en riesgo bienes ajenos no es más que una excusa.

Faustina dijo...

En casa, yo recibo las solicitudes, mi esposo toma las determinaciones y luego actúo yo nuevamente para comunicarlas a mis hijos y recibir las críticas.

Anónimo dijo...

Tomar la decisión de divorciarme me llevó 9 años.

Mª Eugenia dijo...

¿Así que en el inconsciente nunca queda del todo claro qué es nuestro y qué es ajeno? No sabía.

Anónimo dijo...

Hace tiempo que perdí el prestigio, pero no pierdo mi tiempo ni perderé mi patrimonio.

CHECHU dijo...

LA OPINIÓN DE LOS OTROS ME CHUPA UN HUEVO

Joe Black dijo...

Cuando más tiempo me tomo para tomar una decisión es cuando sólo compromete bienes propios.

Marta dijo...

Ud ya nos enseñó que el libre albedrío no existe.

el cebú dijo...

Mi pareja funciona como ajena.

Mazzini dijo...

Para no perder prestigio, el trabajo sucio se lo confío a manos anónimas.