— Estoy acá abajo. ¿Me podés abrir que me estoy cagando de frío?
— No te esperaba. ¿Que hacés a esta hora?
— Dejame entrar que te cuento.
— Si dale pasá, pasá.
— ¿Con quién estás?
— Con Baby.
— ¿Duerme?
— No, está por servir la cena. Caés justito.
— La verdad que te acepto sin que me ruegues porque además de frío tengo hambre y una bronca como para cuatrocientos.
— ¡Qué raro, vos con bronca!
— ¿El olor a sopa viene de tu apartamento?
— Le erraste: Guiso de lentejas y flan con dulce. Vino de la casa, como siempre.
— ¡Qué lindo que está acá adentro! ¡Qué tal Baby! ¿Cómo anda tanto tiempo?
— ¡Cómo te va, tanto tiempo! ¡Qué bueno que viniste! Justo estábamos por comer. Nos faltaba alguien como vos para tener una linda cena. ¿Y por tu casa como andan?
— Y, como siempre. Casualmente hoy creo que sobraba alguien como yo para la cena.
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14 comentarios:
Quién es hombre y quien mujer acá?
Mini-ficción. Muy buena.
Sencillo, emotivo, descriptivo, claro. Es cierto lo del género de los 3 personajes. Bien logrado.
Me gusta mucho el vino tinto con guiso de lentejas. En ese orden.
Adoro ser aceptada con tanto cariño.
No hay decesperar, sobrás en un lado pero podés hacer falta en otro.
Me imagino que es una pareja la que recibe a Baby. Este último es de sexo masculino y amigo de ambos. Cenan, toman vino y el postre lo dejan para después...
El olor a sopa venía de mí apartamento, puaj!
Tengo calor y calentura como para cuatrocientos!!
El diálogo fluye con naturalidad y logra transmitir la calidez de la bienvenida.
¿Por qué tenía bronca Baby?
Buenísimo eso que todavía tenemos muchos uruguayos de caerle a un amigo sin avisar.
Es todo muy hogareño, hasta el amigo "vino de la casa"
En casa sobra alguién siempre, y yo falto en alguna que otra cena.
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