Aunque todo comienza con un error, sus consecuencias suelen no parar de producir efectos siempre negativos.
Es claro que los hombres y las mujeres gozamos intensamente con nuestros respectivos órganos genitales, sin embargo la escasa visibilidad de la vagina hace que todos (mujeres y hombres) pensemos que es mejor tener pene.
El tener y no tener son ideas fundamentales en la psiquis humana. Todo lo que es vida lo asociamos con tener y todo lo que es muerte lo asociamos con no tener.
Como la visión es el sentido más importante en nuestra conexión con la realidad, cuando vemos el genital entendemos que eso vale y si no lo vemos entendemos que no existe, que no vale, que falta.
De este mega-error surgen la mayoría de los problemas psicológicos que nos afectan y que el psicoanálisis generalmente resuelve (o por lo menos mejora).
Los varones, «viendo» a las mujeres, tememos perder el pene «como lo perdieron ellas» y las mujeres, «viendo» que alguien lo tiene, desearían tenerlo.
Ambos géneros estamos completos pero nuestra psiquis comete el error de suponer que uno está incompleto. A partir de este error, surgen los conflictos más variados en uno y otro género.
El apego a la racionalidad propio de nuestra cultura, nos impide entender que esto realmente exista en nuestras mentes e impide, por el mismo motivo, superar el error para ahorrarnos los gastos emocionales inútiles.
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22 comentarios:
Mi madre era muy moderna y se bañaba conmigo hasta que tuve 9 años.
Nada más hermoso que orinar haciendo dibujos contra la pared.
Algún día me animaré a ir a un psicólogo. tengo mucho mucho miedo a que me diga algo que me de vuelta la vida y que después no tenga retorno.
Adoro las vaginas y no me canso de besar cuantas puedo.
Soy muy miedoso a muchas cosas pero nunca se me ocurrió que alguien podría cortarme el pene.
Cuando nació mi hermano, no sé si porque él tenía pone o por qué otra cosa, pero enseguida tuve la certeza de que él era superior a mí.
Para superar el error habría que enfrentar el horror, es decir, traer a la conciencia el temor a ser castrado o a saberse de ese modo.
Yo a él se lo veo, pero no existe...
De la vagina suelo puedo relatar ecos pero del clítoris se de verdaderos gritos.
Tener sobretodo de madera te asocia a la vida, mientras lo pagas. No tenerlo te acerca a la fosa común.
Estoy desconectada de la realidad, sin embargo el sentido del tacto me afirma que estoy frente a algo grande.
Para algunas personas no es tan claro gozar con sus órganos genitales y ud. con esa afirmación no hace más que discriminar y abrir heridas.
La vagina despierta sospechas porque es como un gato escondido.
Las mujeres, viendo que ellos lo tienen, pensamos que nacimos defectuosas porque nos falta una parte, para peor, bien ahí adelante y en el medio del cuerpo!
A la llegada del verano, las piernas de las mujeres se vuelven un tanto mortuorias.
De un mega-error surgen los mega-hiper-mercados, las mega-torres, los mega-parking, las mega-estaciones, en fin...todo aquello que nos pierde en el anonimato de las grandes realizaciones.
Los obeliscos se construyen para los peores ciegos que son aquellos que no quieren ver.
Dada la escasa visibilidad de la vagina, las mujeres gozamos en la clandestinidad.
Si no te quitas el pantalón ¿cómo puedo saber si existe, si vale?
Lo mejor de lo mejor es tener todas las cosas!!!
Ellas no lo perdieron. Se lo cortaron en un ritual horrible con máscaras y fuego. Yo vi cuando se lo apoyaron en una piedra y le bajaron el hacha ensangrentada.
Si ambos géneros estamos completos ¡qué hacés acá conmigo, gilastrún! Anda a comer de arriba a la casa de tu vieja!!
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