lunes, 25 de febrero de 2013

Los otros humanos son nuestro espejo



 
Los otros seres humanos funcionan como espejos que nos devuelven un reflejo, que tanto podemos amar como rechazar.

Los vehículos terrestres disponen de espejos que le permitan al conductor ver lo ocurre detrás del vehículo. Suelen denominarse con el bello, aunque no muy creativo nombre de «retrovisores».

Si los humanos tuviéramos ojos en la nunca, no los necesitaríamos. Por lo tanto, los «retrovisores» son prótesis que compensan nuestra invalidez visual parcial.

Los espejos son artefactos infalibles. Nadie ha escuchado hablar de un «espejo descompuesto», que funciona mal, que atrasa o adelanta. Si hemos visto espejos distorsionantes, que nos devuelven una imagen alargada, ancha o deformada.

En este nivel de análisis todo parece muy sencillo, pero el reflejo de nuestra imagen puede ser más complejo y entonces las consecuencias de la distorsión dejan de ser divertidas para convertirse en irritantes, amenazantes, enemigas.

El reflejo de nuestra imagen también se produce cuando miramos a un semejante.

Si bien sabemos que el otro no es un espejo que está técnicamente obligado a devolvernos un determinado aspecto de nuestro cuerpo, algo esperamos que se siente frustrado cuando el semejante-espejo tiene otro color de piel, otras facciones que nos parecen desagradables, estéticamente inapropiadas.

Me consta que este punto de vista no está incluido en el sentido común, pero les pido permiso para olvidarme por un rato de dicha norma.

Las personas semejantes, con forma de humanos, que vemos personalmente, en fotografías o filmes, nos impactan como si fueran espejos, aún cuando sabemos que no lo son.

Esos «espejos» son bien venidos si nos devuelven un «reflejo» que nos da placer (por ejemplo, desearíamos tener el rostro de Marilyn Monroe, aunque suene descabellado), y estos «espejos» son mal venidos si nos devuelven un «reflejo» que nos desagrada (por ejemplo, no desearíamos pertenecer a otra raza).

(Este es el Artículo Nº 1.820)

10 comentarios:

Mª Eugenia dijo...

¿Qué me pasa? Las mujeres que me parecen lindas son las que no se parecen en nada a mí.

Lautaro dijo...

En algo se deben parecer Euge.. de pronto se parecen a lo que tú quisieras ser.

Natalia dijo...

Como nos horrorizaría quemarnos, nos parece feo como queda la piel después de que cicatriza una quemadura.

Graciana dijo...

El extraterrestre ese con cabeza de pulpo debe ser un metrosexual en su comarca. ¡Vieron la cantidad de tentáculos largos y brillantes que tiene!

Sofía dijo...

Siempre es más difícil mirar atrás que mirar adelante.

Martín dijo...

Mi madre debe tener un espejo descompuesto conmigo, porque en los ojos de ella no me reconozco.

Valeria dijo...

¡Un espejo que adelante! ¡Qué horror!

Margarita dijo...

Ahora tengo mucho más claro quiénes son las personas que actúan como espejos bienvenidos. Cuando era jovencita tenía un despiste muy grande y lo que me gustaba un día, a la semana dejaba de gustarme.

Enrique dijo...

También nos desagradan las personas que no comparten nuestra escala de valores. El espejo de lo intangible es muy duro.

Nazareth Inglese dijo...

El reflejo que más amo
es el de
el hombre que amo.