El Psicoanálisis es revolucionario o simplemente un incordio, un niño travieso que desea llamar la atención para después comunicar sus novedosas opiniones.
En 1909 la Clark University, de Worcester, Massachusetts, Estados
Unidos, celebró el 20º aniversario de su fundación, y su presidente, G. Stanley
Hall, invitó a Freud y a Carl G. Jung a participar de esa celebración, donde se
les conferiría el título de miembros honorarios.
Según confesó Freud, este fue el primer reconocimiento
notorio que recibió el psicoanálisis.
En agradecimiento a este honor, el inventor del
psicoanálisis les ofreció cinco conferencias improvisadas y escasamente
meditadas, en idioma alemán.
Es fácil imaginar la cara de aburrimiento de los
sacrificados asistentes.
El sentido de oportunidad de Freud quedó demostrado con esta
actitud tan poco favorable para sus objetivos. En otras palabras, me animo a
pensar que Freud quería y a la vez no quería que sus ideas fueran aceptadas.
Recién cuando volvió a su casa en Viena (Austria), decidió
escribirlas y alguien se encargó de traducirlas a los diferentes idiomas.
Quienes tengan interés en saber qué es el Psicoanálisis
pueden leerlas (1) en su lengua preferida. Valen la pena.
Según parece, cuando Freud y Jung estaban llegando a Nueva
York para participar en estos eventos de la Clark University, Freud habría
expresado: “Se sorprenderán cuando sepan lo que
tenemos que decir”.
Cuando Jacques Lacan comentó este comentario de Freud, lo modificó para transformarlo
en: «No saben que les traemos la peste».
En otras
palabras, Jacques Lacan transformó un comentario intrascendente en una consigna
malévola, como si el psicoanálisis tuviera intención de provocar, irritar, molestar.
Pues bien,
me parece que sí: el psicoanálisis tiene la intención de molestar.
El
Psicoanálisis es revolucionario o simplemente un incordio, un niño travieso que desea llamar la
atención para después comunicar sus novedosas opiniones.
(Este es el Artículo Nº 1.806)
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13 comentarios:
El suceso que narra, (viaje de Freud y Jung a N.Y.), aparece en la película: "Un método peligroso".
De pronto sí, capaz que deseaba al mismo tiempo que sus ideas fuesen aceptadas y que no. El padre más reconocido del psicoanálisis no tenía la obligación de escapar de ese conflicto que en mayor o menor medida nos aqueja a todos y con mucha frecuencia. Como todo tiene sus aspectos favorables y desfavorables, es entendible que queramos y no queramos simultáneamente.
Admiro el valor de quienes se animan a plantear su verdad.
Las 15 conferencias de Introducción al Psicoanálisis se pueden bajar de la página: busca en 2-teorías.net
Es probable que en muchos casos haya que primero llamar la atención, para después ser escuchado cuando se trata de ideas novedosas y contraculturales.
Para quien quiera iniciarse en los fundamentos del Psicoanálisis, estas conferencias son ideales.
Por suerte ahora tenemos múltiples medios que nos ha brindado la tecnología, para comunicar nuestras ideas desde casa y que le lleguen a muchas personas.
Usémolos!!!
El comentario de Julia me llevó a asociar algo que nos pasa de manera frecuente: creemos que ya sabemos muchas cosas, que es poquísimo lo que nos falta por aprender, y desechamos oportunidades de enriquecer nuestros saberes. Por ej. yo puedo pensar, ¿qué me va a aportar esa película?, el cuentito ya lo sé. Pero creo que no es así. Siempre hay algún elemento nuevo, o cosas conocidas que presentadas de otra manera, nos llevan a nuevas meditaciones. Pienso que enriquecer la trama de conocimientos nos facilita luego hacer conecciones insospechadas.
Con respecto a lo que plantea Lautaro, me parece que de todos modos no conviene rechazar los métodos más tradicionales: conferencias presenciales, radio, TV. Sobre todo las primeras, porque el cara a cara, ver al conferencista y estar cerca de él, introducirse en el ambiente al estar rodeado de personas que muestran interés por lo mismo, tiene un plus en cuanto a comunicación, que sigue siendo insustituible.
Freud tenía vocación de tira bombas. El impacto que generaba favorecía la polémica, y la polémica la difusión de sus ideas.
¿Son cinco las conferencias? Yo creía que eran 7, y ahora Alicia dice que son quince... Bueno, no importa, la cuestión es que si te interesa no vas a quedar decepcionado.
¡Cómo a veces lo improvisado sale mejor que lo cuidadosamente planificado!
Sí, Shanti, porque si tenés soltura y conocimientos sólidos, al improvisar hacés la mejor síntesis, la que te va dictando el natural fluir del pensamiento.
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