El fracaso escolar, masivo,
alarmante, ocurre porque nadie sabe explicar a los estudiantes por qué tienen
que aprender conocimientos claramente inútiles.
Para poder
tomar vino, tenemos que sacarlo de su botella; para poder comer bananas tenemos
que quitarles la cáscara y para poder aprovechar la energía de las nuevas
generaciones, tenemos que sacarles todo el narcisismo posible.
El
narcisismo es una especie de ceguera funcional. Aunque disponemos de los cinco
sentidos desde muy pequeños, no empiezan a comunicarnos con el mundo exterior
hasta muy tarde.
Seguramente
existen personas que fallecen con cien años, que no lograron su máximo
desarrollo cognitivo, es decir, todas las potencialidades de entender el cuerpo
propio, el cuerpo de los demás y al resto de la naturaleza de la que formamos
parte.
La
filosofía predominante en nuestras culturas occidentales, apela a la violencia
en gran medida. Hasta los más subdesarrollados saben aplicarla.
Cuando no
logramos que el niño vea lo que está mirando, que oiga lo que está escuchando,
tratamos de aumentar los estímulos correspondientes agregándoles algo de dolor
(como si fuera un condimento): le pegamos, le gritamos, le privamos de lo que
más desea.
Uno podría
preguntarse: ¿Por qué a los niños y jóvenes les cuesta tanto interesarse por el
entorno? ¿Por qué son tan malos estudiantes durante la escuela y el liceo?
Hasta donde
puedo entender, hacen eso porque son realmente inteligentes, sanos, normales.
Si no actuaran así, habría que dudar de ellos.
Un ser
humano sano, inteligente y normal,
— le presta
más atención a lo que más le gusta;
— responde
a los estímulos específicos que necesita;
— es
razonable y pregunta, pide explicaciones, negocia;
— se
resiste al autoritarismo.
Nuestra
cultura no puede explicar:
— por qué
la prohibición del incesto (1);
— para qué
hay que tener conocimientos de utilidad desconocida.
(Este es el
Artículo Nº 1.664)
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13 comentarios:
El entorno de los jóvenes está colonizado por los adultos. La falta de respeto y amor hacia los jóvenes entraña un mensaje claro: tú serás sometido. Es sano que ellos se resistan, aunque no sepan muy bien a qué. Nadie es rebelde sin causa; que no se conozca la causa es otra cosa.
Si los padres pudiésemos explicarnos a nosotros mismos y luego explicarle a nuestros hijos el por qué del incesto y el del estudio inútil, avanzaríamos bastante. Sucede que no sabemos el por qué de la prohibición del incesto, ni tampoco el motivo por el cual debemos usar tantas horas y años de nuestra vida en estudiar cosas que no nos interesan o aceptar trabajos que no nos gustan. Es preferible confesar nuestra ignorancia o nuestras dudas, que dar explicaciones totalitarias y dudosas.
Hay una realidad. Esa realidad existe antes de nuestra aparición en el mundo. Tenemos que enseñarles a nuestros hijos a adaptarse y encontrar alegría en lo que la vida les ofrece. ¨Es lo que hay¨, eso hay que aprenderlo desde chico.
Lo que Esteban propone es adaptación pasiva. Esa actitud no ayuda. Genera humanos mustios.
Ahora ya no vale pegarle al niño desobediente. Tampoco agredirlo psicológicamente. ¿Cómo hacemos los padres para escapar de la extorsión? ¿Qué herramienta nos queda? Pienso que una respuesta posible es el diálogo genuino y honesto desde que el niño nace. Primero será un diálogo expresado en actitudes, luego podremos agregar el ejemplo y la palabra. Y que Dios nos ayude!
¿Quién determina cuáles son los conocimientos útiles?
Creo, Mª Eugenia, que durante milenios ha sido muy simple. El conocimiento útil es el que precisamos para sobrevivir y para disfrutar.
Lo que pasa Osvaldo, es que ahora para sobrevivir precisamos adquirir certificaciones que sólo te las da la educación formal.
Es cierto, pero la educación puede reformularse. Han habido incontables intentos. Hay muchas ideas. ¿Entonces qué nos falta para generar los cambios?... Quizás voluntad política.
Y qué!? ¿La voluntad política depende exclusivamente de los gobernantes? ¿Dónde están los ciudadanos con ganas de implicarse y tomar protagonismo?
Tú sabés la respuesta, esos ciudadanos no están, porque lo normal es que busquemos el camino más fácil. De pronto funcionaría si hiciéramos coincidir el disfrute con la participación ciudadana. Quizás lo que se nos hace difícil es vincularnos, negociar, intentar acuerdos. Cuando nos juntamos en general es para descansar de una larga jornada de trabajo o estudio. Buscamos cosas placenteras como reunirnos para comer o para charlar evitando discusiones que nos dejen malheridos. Seguimos encerrados en un círculo vicioso. Habrá que romperlo por varios lados, cada cual por el lado que tenga más ganas, por el lado que se sienta más motivado.
No estamos acostumbrados a hablar de los grandes temas que nos atañen. Filosofar está mal visto en una sociedad tan pragmática. Si seguimos así continuaremos funcionando como robots.
Yo creo que podríamos empezar contándoles que nosotros de jóvenes teníamos el mismo problema, y que de algún modo hay que salir adelanté. El mundo es una jungla, hay que enseñarles a ser fuertes y compasivos. Así no dejarán que nadie los someta y tampoco abusarán de su fuerza. Lo demás la vida lo trae sin que uno haga nada, hay un destino y unas cartas que nos tocan, queda jugar el mazo lo mejor posible.
Elvira
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